La vida religiosa es nuestra militancia / El verdadero culto

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La vida religiosa es nuestra militancia / El verdadero culto

La vida religiosa agradable al Padre consiste en amar al prójimo y vivir en santidad.


Con respecto a la política

    Nuestra militancia es la vida religiosa, porque el cristianismo es una religión: la palabra griega "thréskeia" significa culto y también es traducida como "religión" en Santiago 1:27 Reina Valera 1960. No es el proselitismo político mundano de izquierda, de derecha, de centro o independiente que se pueden ver actualmente. Nuestro reino es de los cielos, no de este mundo —declaró Jesucristo: "Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí" (Juan 18:36). 

    ¿Ven a Javier Milei o a Gabriel Boric negarse a sí mismos?, el primero, se dice "liberal libertario", pero se comporta como un autoritario, enseñoreándose cuando no están de acuerdo con él, además de torcer la Biblia: dijo el 7 de julio de 2025 que "el estado es la representación del demonio" cuando el texto señala que "todos los reinos de la tierra" (Lucas 4:5-6), incluyendo los estados de derecha o capitalistas, no solo los reinos (o estados) de izquierda; el segundo, el 14 de diciembre de 2021 prometió bajar sueldos a los políticos "el presidente, los ministros, y parlamentarios no ganarán mas de cinco millones de pesos", pero no cumplió, además que aumentó el gasto fiscal porque aumento los funcionarios públicos en su gobierno, pagados con dinero desde los impuestos. Es evidente el amor al dinero y al poder, contrario a los principios cristianos. ¿Ven a Donald Trump o a Wladimir Putin pacificando las cosas? Hacen cosas contrarias a Jesucristo y al evangelio.

La vida política no es el fanatismo político

    Todos hacemos vida política. La política es necesaria porque vivimos en una civilización. Las "polis" eran pequeños centros urbanos en la antigua Grecia, de donde proviene el concepto de política: polis (ciudad-Estado) y "polites" (ciudadano de la polis). Entonces, la política es necesaria para relaciones públicas, el Estado, instituciones y sistemas de gobiernos. Como ciudadanos, participamos consciente o inconscientemente en la vida política. La iglesia también participa en política, porque el Estado reconoce la personalidad jurídica (legalización) para que puedan funcionar, además de que dentro de una congregación existen políticas de convivencia. También estamos llamados a orar por las autoridades, que incluye a los políticos de turno (cf. 1 Timoteo 2:1-3). No es pecado pertenecer a un partido político, tampoco hacer política; —Jesucristo expresó en su momento: "denle al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios" (Mateo 22:21 NVI). Un cristiano tiene el derecho de tener sus preferencias políticas. Tenemos libertad de conciencia, defendida por los anabautistas (Streich, 2024), para participar en actos cívicos, votar por el candidato que estimemos conveniente en relación a nuestros principios cristianos. De la Biblia se infiere la libertad de conciencia o el libre albedrío por el autodominio que el Señor nos otorga (cf. 2 Timoteo 1:7; Gálatas 5:22-23) porque él nos creó con capacidad volitiva, es decir, tenemos propia voluntad para ejercer la fe, amar al prójimo; entonces se incluye en cuanto a votaciones por algún candidato político. El problema es cuando participamos negociando lo nuclear de nuestra fe en Jesucristo, cuando mezclamos los fundamentos de la fe con el fanatismo político. El problema es la idolatría: creer que el cristiano debe ser de derecha o de izquierda; si no, supuestamente no es cristiano. Cuando el mesías, para algunos cristianos, se transforma en Laje, Danan, Maduro, Trump, Biden y desechan a Jesucristo y los verdaderos principios cristianos a un segundo plano. El problema es cuando nos distraemos con estos asuntos, importantes, claro, pero que no deberían remover nuestro fundamento cristiano.

El verdadero partidismo: el cristianismo

    Para nosotros, que somos de Cristo, nuestra lealtad no debe ser a un partido político o al pastor evangélico de derecha o de izquierda. Nuestro único partidismo (nuestra adoración, culto, vida religiosa) es el evangelio de Jesucristo, es el cristianismo (partidarios de Cristo). Ese pienso debe ser un principio inquebrantable para todo cristiano, una doctrina fundamental. 

    Los partidos políticos mundanos no están ni ahí con Dios, con el evangelio ni con Jesucristo; solo es de palabras. Presuponen principios contrarios a la fe; sus designios fundamentales son "el fin justifica los medios", al punto de inventar sus propias narrativas como "la verdad oficial" y no la verdad del evangelio. Ellos ven el evangelio con sus principios conservadores y progresivos como algo utilitario para justificar sus fines, no los fines de Dios; es decir, utilizan al pueblo de Dios como "borregos útiles" para recaudar votos en sus campañas políticas y así perpetuarse en el poder. Promesas que nunca cumplirán y enriquecerse con la plata de sus votantes. O sea, usan a la iglesia, "el voto cristiano", "al provida", "la justicia social", al Señor Jesucristo, quien es la verdad, para mentir y amar el dinero. 

    Por eso, encuentro incongruente que un cristiano comprometido con la verdad de Dios, con el amor al prójimo y con la libertad de conciencia, que presuponga la palabra de Dios, defienda más a Donald Trump o a Joe Biden, a Nayib Bukele, a Nicolás Maduro, a José Antonio Kast, a Cristina Kirchner, a Javier Milei o a Gabriel Boric que a Cristo y los principios cristianos que no son de izquierda ni de derecha. Es contradictorio que un hijo de Dios discuta acaloradamente en contra de su hermano en la fe defendiendo a su político favorito, su posición política. ¿Ven por qué digo que es idolatría? Pasando por alto que: "El reino de Dios no es cuestión de comer o beber determinadas cosas, sino de vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo" (Romanos 14:17 DHH). Es incoherente que muchos de estos fanáticos de sus posiciones políticas se comporten más como los bots de izquierda o de derecha que como un pacificador, un hijo de Dios (cf. Mateo 5:9). Es satánico bendecir armas en una guerra cuando claramente es para matar al prójimo, porque un verdadero religioso, un cristiano, no debe bendecir la muerte. Y es insostenible para un cristiano consistente con su fe ser cómplice del mal: —del mal menor, dicen los autoritarios de pensamiento. ¡Basta de esta estupidez de izquierda y de derecha sobre "el mal menor"! ¡Basta de esta manipulación satánica que coacciona la conciencia de la iglesia para que voten por un candidato político y su agenda mundana contraria a la fe!

La libertad de conciencia en la política

   El cristiano es libre en Cristo y, si no quiere apoyar ninguna clase de mal, está bien, porque el Señor nos dio dominio propio para decidir por nosotros mismos. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7). No estoy en contra de que un hijo de Dios participe en un puesto en el ministerio público de su país, sino que este utilice igual que los políticos partidistas esas manipulaciones del "mal menor" para que el cristiano vote obligatoriamente, apelando a la culpa o al terror, por el candidato que le cae bien. Estoy a favor de que un hijo de Dios use su libre conciencia para votar o no por cualquier candidato, incluso si considera que es "un mal menor", pero que parta de su comunión con Dios, no porque uno lo esté alentando o ninguneando (imponiendo) por algún fanatismo disfrazado de "sana doctrina" en nuestro interior.

    Algunos atribuyen la siguiente frase a Carlos Spurgeon (1834-1892): "Solo los tontos creen que la política y la religión no se discuten; es por eso que ladrones siguen en el poder y falsos profetas predicando", para dar a entender que un cristiano que no participa en política se engaña a sí mismo, como si fuese un "gran argumento" para callar conciencias y justificar el fanatismo político, la idolatría a un partido político de derecha o de izquierda. Es solo manipulación si es lo que algunos quieren acusar. Algunos confunden intencionalmente política con partidismo político y por eso les cuesta admitir que otros difieran (autoritarios) o simplemente no les interesa respetar al prójimo. El verdadero religioso, aunque puede participar en la política, incluso puede participar en partidos políticos, no se ciega ante la corrupción que existe dentro. No es idólatra de la derecha o de la izquierda. No se deja gobernar por principios contrarios a Cristo. Y cumple su deber como ciudadano o candidato. 

La vida cristiana, la religión verdadera, es una militancia

    No me refiero a una religiosidad limitada a la liturgia, ni a las reuniones cristianas de dos horas aproximadamente cada dos o tres días a la semana dentro de un templo físico. Tampoco a que uno no pueda opinar, informar o concienciar a los demás y alertar ciertas cosas. Cuando se predica el evangelio, se concientiza al pecador que "él por su pecado será castigado, pero que Cristo lo puede salvar si hay arrepentimiento y fe", o cuando se alerta sobre alguien corrupto de cualquier vertiente, etc., o que no se deba participar en actividades pecaminosas en la comunidad o cultura donde podemos estar insertos. Me refiero a que toda nuestra vida en Cristo es y debe ser principalmente religiosa, cristiana, cristocéntrica, 24/7; esa religiosidad santa y piadosa que a Dios Padre le agrada (cf. Santiago 1:27), lealtad a su palabra y a los principios cristianos, para ser sal y luz en medio de las tinieblas, donde quiera que nos encontremos.

    La vida religiosa es amar al prójimo y no es mandamiento de hombre, no es una mera organización institucional o solo rutinas sin sentido, que se hacen por hacer. Es apartarnos del pecado por amor a Dios; esto incluye denunciar la corrupción aunque venga del sector político, alertar de posibles idolatrías y fanatismo. Estar en contra de la explotación de los gobiernos capitalistas y de la desigualdad disfrazada de "justicia social o reparto equitativo" en los gobiernos comunistas. Esta es nuestra militancia y debe ser así toda nuestra vida. Comenzando desde nuestros hogares, en el trabajo, viajando, dormimos, nos reunimos con nuestros hermanos de la fe. Aun cuando opinamos sobre política, tener una postura cristocéntrica, desde la perspectiva del reino de Dios, no desde los vanos rudimentos mundanos; por lo tanto, no justificar las explotaciones del capitalismo ni del comunismo o, frente a los atropellos de cualquier tipo de autoritarismo de estado o "democrático", por amor a Dios repudiarlos y hacer misericordia. 

Conclusión: el reto de la verdadera militancia

    Nuestra vida en el evangelio es completamente religiosa, esa es nuestra militancia, con toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18). Este es el verdadero reto. Tal vez, para muchos esto será una opinión simplista, y sí, prefiero ser lo más simplista posible, aunque considero que hice aclaración evidente, pero con mi conciencia tranquila para con Dios. La vida cristiana religiosa, espiritual es nuestra prioridad, lealtad: nuestro verdadero culto.

    Bendiciones en Cristo.

Bibliografía

Boric, G. (Gabriel Boric). (14 de diciembre de 2021). No más privilegios [Vídeo]. Recuperado el 7 de septiembre de 2025, https://www.facebook.com/watch/?v=4556254504458898
Milei J. [@Noticiero9ENVIVO]. (7 de julio de 2025). “El estado es la representación Del demonio” [Vídeo]. Youtube. Recuperado el 7 de septiembre de 2025, https://www.youtube.com/watch?v=xR1DNcxP84w
Streich, W. (7 de julio de 2024). Pilares de la fe anabautista: libertad de conciencia y de religión (Entrada de blog]. Evangelico Digital. https://www.evangelicodigital.com/pytheos/32116/fe-anabautista-libertad-de-conciencia-y-religion

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