La Oración. Principio. Palabrerías y Gentiles

Oración y reflexión cristiana


Lectura:

Texto:

Hola mis hermanos, estaré exponiendo otra reflexión sobre la oración, tiene que ver con "principios" y la palabra base estará en Mateo 6:7 [RVR1960] en adelante, y dice así:

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. (v. 8) No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

Dos principios anteriores

Bueno, este texto es en el contexto del sermón del monte que [el autor de] Mateo relata desde el capítulo 5 [en adelante] y este sermón lo está mandando el Señor Jesús, y él da ciertas ordenes con respecto a la oración. 
Anteriormente vimos dos principios, que uno implica lo otro, en todo caso, todos los principios implican e importan, pero, los dos principios anteriores están muy entrelazados.

¿Cuáles eran esos principios?

Que el primero, uno no debía orar como los hipócritas, a los cuales, les gusta orar en público y también, el segundo principio que implica a la vez, orar en privacidad, una oración que debemos hacer en privado y es base para nuestra vida cristiana.
Entonces, siguiendo [con el tema], aquí nos muestra el Señor que nosotros no debemos orar usando repeticiones vanas. 

Las palabrerías y vanas repeticiones

¿Qué se puede entender por repeticiones vanas?

Cuando uno repite por las puras, cuando uno repite las cosas sin sentido. "Vano", es muy famosa la frase cuando dicen: "haces esto en vano", porque no tiene propósito, porque se puede terminar y también [el Señor] da la descripción "como los gentiles" aquí en el versículo 7.

¿Quiénes son los gentiles?

Según el contexto bíblico y en este caso sería en el tiempo de Jesús, los gentiles eran aquellos que no eran judíos, aquellos que no se adherían al pacto judío [1], los paganos, los pecadores prácticamente y en nuestro contexto siglo XXI, se aplicaría perfectamente a aquellos que no conocen a Cristo, aquellos que no son cristianos [2], entonces, usar vanas repeticiones es una característica de aquellos que no tienen a Cristo y continuamos leyendo, y dice: "que piensan que por su palabrería serán oídos", o sea.

¿Qué es una palabrería?

Son chácharas [3], son palabras huecas, vacías, que no tiene propósito [bíblico] y está en estrecha relación con "vanas repeticiones", repeticiones sin sentido [bíblico], repeticiones por las puras o hablar por hablar.

El tercer principio

Entonces, aquí podemos aprender la orden del Señor en este tercer principio, que nosotros no debemos orar [procediendo así], porque si oramos con base a vanas repeticiones, estamos siendo como los pecadores, los paganos, los gentiles, porque los gentiles no buscan a Dios, porque es raro ver a un gentil o a un no cristiano orar por algo importante y que tenga que ver con la obra de Dios, pues ellos no tiene al Espíritu Santo morando en sus vidas, por eso, es raro, porque generalmente los que no tienen a Cristo sí es que oran, lo hacen para complacer sus propios deleites, entonces, si nosotros usamos vanas repeticiones y somos palabreros ante el Padre, porque creemos que seremos [más] oídos, bueno, estamos siendo igual a los paganos y a la vez, desobedeciendo al mandamiento de Jesús. 

La Omniprescencia de Dios y la oración como unidad con él

Y continuamos con el versículo 8 que dice: “No os hagáis, pues, semejantes a ellos”, o sea, a los gentiles, “porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”, por eso, es innecesario tantas repeticiones, tanta cháchara en nuestras oraciones, porque nuestro Padre sabe lo que realmente necesitamos, pero ahora puede surgir la siguiente pregunta:

¿Por qué entonces si el Señor sabe de toda nuestra necesidad, nos ordena orar?

Bueno, porque la oración es símbolo de unidad con nuestro Dios.
Otra razón, es porque nosotros estábamos muertos en delitos y en pecados [4], y nuestra vida necesita seguir siendo transformada por el evangelio, por el Espíritu Santo [5]. 
También, muestra de manera implícita un atributo [incomunicable] de Dios, porque el Señor lo sabe todo, el Señor es Omnisciente [6], es decir, todo lo sabe, entonces, es obvio que él sabe las intenciones de nuestro corazón, lo que nosotros podamos pedir, incluso, el futuro, las decisiones que tomaremos, pero lo más importante, es que el Señor quiere que participemos de las bendiciones divinas, principalmente para que nuestra alma sea salvada [7], no en vano dice en otra parte de la escritura: "velad y orad, para que no entréis en tentación" [8], ¿por qué? Porque nuestra carne es débil. Por eso, es necesario orar, pero como manda Jesús.

En cuanto a las vanas repeticiones, volviendo un poco a ese asunto.

¿Qué se puede ver sobre vanas repeticiones en las iglesias actualmente?

Por ejemplo, cuando dicen "Yo declaro, yo decreto o yo reclamo" como fórmulas.

¿Por qué son vanas repeticiones, sobre todo decir "yo declaro"?

Cuando dicen "Miren, yo quiero tal casa y lo declaro en el nombre de Jesús".

¿Por qué es vano?

Primeramente, porque Jesús nunca ordenó a orar así, no con esa fórmula "Yo declaro". 
Segundo, porque al momento de uno hablar, cuando digo: "El hermano Cototo dice eso", yo estoy declarando que el hermano Cototo dice eso, pero no es necesario decir "Y lo declaro" para declararlo, por eso, es sin sentido, son palabras agregadas, porque al momento de hablar uno ya está declarando las cosas, y bueno, entre otras terminologías, porque esos son temas para largo.

Conclusión

Así que, eso sería mis hermanos, y esto sería más que nada para recordar, no solo a ustedes sino a mí, porque a veces se nos olvida orar de manera sencilla, la idea es que uno ore, pero de corazón, así no perdemos el tiempo pensando qué decir, porque el Señor [en su Omnisciencia] conoce nuestro corazón, conoce nuestra vida, pero él quiere uno le rinda su corazón, y la idea es que cuando uno ore, lo haga conforme a la voluntad de Dios, con el propósito divino, no para complacer los deseos pecaminosos como lo hacen los gentiles o aquellos que no tiene a Cristo [actualmente], pues, no seamos entonces semejantes a ellos. Además, la oración nos ayuda a mantener nuestra comunión con nuestro Padre, también, a expresar en nuestra vida el carácter de Cristo, el fruto del Espíritu o naturaleza divina, la naturaleza de Cristo para no seguir pecando y que seamos conformados a la estatura de la plenitud de Cristo como aparece en Efesios 4:13.

Piénsenlo, recréense en el conocimiento de Dios y me despido, saludándoles en la paz de nuestro Señor y Salvador Jesús.

Tercer principio: No hacer vanas repeticiones en nuestras oraciones y no ser como los gentiles.

Notas:
[1] Antiguo Pacto, cf. Éxodo 20:1-17.
[2] Incrédulos al Dios verdadero e idolatras de falsos dioses.
[3] “Abundancia de palabras inútiles”, según el diccionario de la lengua española.
[4] cf. Romanos 3:23; Efesios 2:1-3.
[5] cf. 2 Tesalonicenses 2:13.
[6] cf. Génesis 16:13-15.
[7] cf. 1 Pedro 1:9.
[8] cf. Mateo 26:41.

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