"siempre en nosotros por la tendencia pecaminosa que tenemos, tendemos a divorciar, a excluir la fe de las obras; unos teniendo una fe más informacional sin obras de piedad; y otros en otro extremo, obedecer esforzarse, méritos propios pero con una fe errada, trapo de inmundicia ante Dios"
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Saludo
Hola hermanos. Les saluda su hermano Víctor Ñancucheo continuando la serie sobre “medios de gracia”. Compartiré, expondré la importancia de tener una concepción clara de lo que significa “fe” y “obras”, y tiene que haber un diálogo. Y si el que está escuchando es nuevo, tienen que entender que tanto la fe y las obras tienen que manifestarse en nuestra vida. Entonces diálogo entre fe y obras.
¿Por qué debe haber un diálogo entre fe y Obras?
Porque lamentablemente en el ser humano, aún en creyentes, no importa la etapa, no importa los años que lleve en la fe, siempre en nosotros por la tendencia pecaminosa que tenemos, tendemos a divorciar, a excluir la fe de las obras; unos teniendo una fe más informacional sin obras de piedad; y otros en otro extremo, obedecer esforzarse, méritos propios pero con una fe errada, trapo de inmundicia ante Dios. Por eso la importancia de “diálogo entre fe y obras”.
Recuento anterior
Anteriormente sobre los medios de gracia vimos la importancia de nuestra relación con Dios, de los vehículos o de los recursos de gracia, medios espirituales, medios de gracia para nosotros en cooperación con Dios, pero reconociendo que “todo don perfecto viene de lo alto, que el Señor insta el querer como el hacer en nosotros (cf. Santiago 1:17; Filipenses 2:13) y que cuando nosotros participamos de los medios de gracia, fue porque Dios puso en nuestro corazón, en nuestra mente nos instó a hacerlo y por eso fuimos receptivos en recibir, por ejemplo la salvación a través de la fe como un regalo inmerecido, o sea, por gracia y también lo que implican los medios de gracia: los recursos espirituales que tenemos. Que el propósito no es salvarnos en sí, porque la fe es el medio por excelencia para salvación que encontramos en Cristo, y Cristo a la vez, es el medio o el mediador entre Dios y los hombres. Nosotros tenemos acceso al Padre por medio de Jesucristo (cf. 1 Timoteo 2:5) y por poner la fe en él, pero estos otros medios de gracia sirven para santificarnos.
Aquí se encuentran los sacramentos como es el Bautismo, la Santa Cena y en otras tradiciones consideran el Matrimonio como un momento sagrado o un sacramento.
También las disciplinas espirituales. El sentido de la disciplina es crear un hábito nuevo, un hábito espiritual para contrarrestar hábitos pecaminosos o ataduras pecaminosas, por ejemplo, si hay alguien que le cuesta dejar el alcohol y se convierte al cristianismo, va a tener esas tendencias hacia el alcohol, a la borrachera porque lo adquirió durante toda su pasada manera de vivir, o sea, no se va de una en muchas ocasiones y el sentido de la disciplina espiritual “es ocuparse de las cosas espirituales, para no ocuparse en las cosas pecaminosas”, porque el arrepentimiento o el cambio de vida no se trata solamente en “dejar de pecar” y quedarse vacío para que después vuelva a llenar, porque el cuerpo te pide llenar ese corazón, sino que es dejar de pecar pero, a la vez, llenar tu corazón de Dios; o también “llenando tu corazón para vaciarte”, o sea, “llenar tu corazón de Dios ocupándose, ocupándonos en las disciplinas espirituales”, para no ocuparnos en las prácticas pecaminosas. O es uno o es lo otro; o es la carne o es el Espíritu.
Propósito de las “disciplinas espirituales”
Entonces las disciplinas espirituales que son “medios de gracia” sirven para que nosotros creemos o desarrollemos hábitos espirituales y los hábitos requieren que sea constante en lo posible, o en lo probable toda nuestra manera de vivir desde que aceptamos a Cristo en nuestra vida.
De los dones espirituales
También los medios de gracia como dones o capacidad espiritual para la edificación del cuerpo de Cristo y son importantes para una vida fructífera en la fe. Los dones espirituales son importantes, son necesarios, no son opcionales. Porque si no, el Señor no se hubiese molestado en repartir dones como él quiere .Y no es buena idea decir, porque es cierto:
No, el fruto del Espíritu es más importante que los dones, porque por sus frutos los conoceréis y no por sus dones, entonces vamos a enfatizar el fruto del Espíritu, el carácter de Cristo y vamos a descuidar los dones espirituales...
Y eso es una contradicción porque, si bien uno no se conoce por los dones, pero los dones te ayudan a edificar y a estimular el fruto del Espíritu porque vienen de la misma fuente. Tanto el fruto del Espíritu como los dones del Espíritu, o sea, ahí lo que conecta es el Espíritu. Vienen de la misma fuente, es complementario y no se contraponen. Y por eso los dones son de carácter necesario para la edificación, para nuestra vivificación, para que el Señor se mueva sobrenaturalmente en nosotros y podamos ser de bendición para los demás. Eso es lo que vimos en cuanto a los medios de gracia
La Fe y las Obras
Ahora veremos sobre lo que es la fe y las obras, como dije anteriormente.
La Fe en su triple aspecto
La fe es un medio. Si revisamos Efesios 2:8-9:”porque por gracia sois salvos por medio de la fe”, ahí te dice que el medio es la fe, por medio de la fe. Entonces nosotros somos salvados por gracia, por un favor inmerecido y el medio es la fe y esto no es de vosotros, o sea no viene de iniciativa humana propiamente, pues es un regalo de Dios, no por obras. Porque la gloria no es para nosotros sino es para Dios. Entonces, la fe es un medio, un medio de gracia para recibir la salvación.
También la fe es un medio dado por Dios como potencia en el ser humano (cf. Génesis 1:27), o sea, que nosotros tenemos la capacidad de creer. Aún el no creyente también tiene la potencia que fue dada por Dios para creer porque no tendría sentido “llamar a todos al arrepentimiento” (cf. Hechos 17:30; 2 Pedro 3:9), al impío al arrepentimiento sino tuviese esa capacidad o esa libertad para responder, por lo tanto, todo ser humano puede recibir la salvación si en su volición o voluntad ejerce fe: “A todos los que le recibieron son considerados hijos de Dios” (Juan 1:14).
Si vamos a Hebreos 11, que habla de la fe, la definición de la fe, Hebreos 11:1: “es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” y esta fe tiene alcance intelectual, vivencial y espiritual. Si revisamos un poco más adelante, en el versículo 3 del mismo capítulo, dice: “por la fe entendemos haber sido constituidos el universo por la palabra de Dios”, o sea, aquí habla de un entendimiento, “por la fe entendemos”, por lo tanto, requiere de lo intelectual. Es vivencial porque si observamos el capítulo completo, por ejemplo, en el versículo 2 después de haber definido que es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo invisible o de lo que no se ve, dice del por qué y es lo vivencial: “porque por ella”, por la fe, “alcanzaron buen testimonio los antiguos”, la fe sirve para dar testimonio, versículo 4, “por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo dando Dios testimonio de sus ofrendas y muerto aún hablaba por ella, por la fe”, versículo 5, “Enoc fue traspuesto para no ver muerte y no fue hallado, porque lo traspuso Dios, y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”, versículo 6, “pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan”, 7, “por la fe Noé cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no veía, con temor preparó el arca que en su casa se salvase, y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”, y así en los versículos que vienen después, habla de Abraham, de José y de todos los profetas que por fe actuaron, dieron testimonio vivo, o sea, no solamente la fe tiene un componente intelectual, también un componente vivencial, que es demostrativo ante los hombres. Y por supuesto, este alcance también es espiritual, porque viene de Dios. Dios es un ser trascendente que no está limitado a la materia. Dios es espíritu dice una parte (cf. Juan 4:24).
Entonces la fe es una certeza comprobable y no comprobable, porque la fe también requiere certidumbre, que no se puede comprobar necesariamente de manera empírica, por ejemplo, lo que es espíritu, fenomenológico o metafísico no está atado a lo que es físico, a lo que es empírico, a lo que se puede comprobar, lo que se puede verificar, pero esas certezas no necesariamente son falsas. Hay algunas que son falsas mientras que se comprueba su falsedad, por eso la fe es una certeza principalmente, de algo que no se ve, como se ve en el versículo 1 de Hebreos 11, pero también hay certezas que se pueden comprobar, o sea el mismo contexto de ese capítulo habla de la vida que tuvieron, que es vivencial, la fe que se demuestra por medio de las obras, por medio de la obediencia a Dios y que dan cuenta de una realidad espiritual. Por eso hablé de un alcance intelectual, vivencial y espiritual, por lo que la fe está más allá de lo intelectual, emocional y conductual.
La fe requiere de lo intelectual, pero no se limita a lo intelectual. Requiere que uno ponga por obra, requiere que uno acuda a los medios de gracia, participe en los medios de gracia, participe en la oración, en el estudio de la Biblia, en la exhortación de la palabra, en aplicar lo que Dios nos ha hablado en nuestra vida, por eso no se limita lo intelectual, a la información, a la teoría no intentada.
La fe también está más allá de la emoción. Nosotros no seguimos a Dios solo por emociones, porque la emoción es variable, a veces estamos con ánimo de servir con toda nuestra fuerza, con regocijo al Señor y al otro día podemos estar desanimados, con sueño, enojados y no sentimos servir a Dios. Sin embargo, la fe sí implica las emociones, pero no se limita a la emoción, o sea, no seguimos a Dios solo por las emociones, pero nuestra fe también es emocional, contempla ese lado afectivo. El amor no solamente tiene un componente de obrar, de obediencia, de obligación o de ayudar, también contempla el lado afectivo, lo temperamental, la emoción y por fe, por ejemplo, adquirimos amor de Dios para manifestarlo, lo que vendría siendo la ortopatía, las emociones correctas, gobernadas por el Espíritu Santo. El fruto del Espíritu también, no se limita solo a las virtudes, porque son virtudes cuando habla de amor, de gozo, de paz... Las virtudes son contrarias a los vicios, que son las obras de la carne, se contrapone, pero no es solamente una virtud, es un sentir del Espíritu Santo que moldea, por ejemplo, nuestros sentimientos con el tiempo, cuando expresamos esa emocionalidad espiritual por la fe, van cambiando nuestros sentimientos y van cambiando nuestro carácter, por eso nos vamos moldeando. Ese es el sentido de moldearse, de crecer espiritualmente pero la fe está más allá, no se reduce, no se limita a lo emocional, porque es variable lo emocional.
También la fe está más allá de lo conductual, de lo vivencial porque hay filantropía, hay altruismo pero no se conforman a la fe en Jesucristo, o sea, se van a ir igual al infierno uno; y segundo, hay muchas otras obras pero no fundamentan su fe en Jesucristo y esto también incluye que, si yo puedo orar mucho, puedo ser ejemplar de llevar a cabo las disciplinas espirituales, los sacramentos, los dones espirituales pero si no tengo a Cristo por fe me voy al infierno, voy a ser condenado porque mi fe no se fundamenta en Jesucristo; pero sí la fe verdadera produce conducta, produce un cambio de vida. Ese es el sentido del arrepentimiento, que no es solamente lamentación sino un cambio, es reparar el daño, compensar el daño, en lo posible o en lo probable, porque a veces uno se arrepiente y quiere compensar el daño, pero no tiene los recursos, pero si uno tiene los recursos implica reparación, implica sanidad, implica cambiar de actitud, implica cambiar de conducta.
Por eso la fe está más allá de lo intelectual, emocional y conductual: son las tres cosas a la vez. Pueden aprender más visitando mi artículo “Vida Cristiana: un enfoque sistémico”, que publiqué en mi blog estudiandosuescriturablogspot.com, en septiembre de este año 2024, y también tengo un video lectura en este mismo canal Estudiando Su Escritura de YouTube, que también pueden escuchar en podcast con el mismo nombre, en Spotify por Estudiando Su Escritura, “Vida Cristiana: un enfoque sistémico” donde explico que, en cuanto a la vida cristiana, que es tanto intelectual, sentimental o emocional y conductual, y que son las tres cosas a la vez.
La fe de los demonios
También está otro elemento en donde podemos caer y por eso tenemos que tener cuidado. La fe de los demonios.
Vamos a revisar ciertos versículos, la fe de los demonios, Santiago 2:18 en adelante:
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. (19) Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. (20) ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? (21) ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? (22) ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? (23) Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios (Santiago 2:18-23).
Aquí atestigua que los demonios creen pero tiemblan, porque esa fe no agrada a Dios. Podría desprenderse como una “fe intelectual”; también podría desprenderse o inferirse del “estado de los demonios” que están sin perdón, conocen a Dios y saben su destino; pero esto también se puede aplicar en un cristiano que desobedece, que tiene la fe de los demonios: cree en Dios, sabe que hay Dios, pero no actúa en conformidad a los mandamientos de Dios. Una fe falsa. No es que no tenga fe, sino que él actúa por una fe equivocada, o sea tiene una certeza que lo guía a hacer esas obras o esa desobediencia, pero no es la fe salvífica. No es la fe en Cristo.
La fe de los falsos maestros
Bueno, también la fe de los falsos maestros. Si revisamos Mateo 7:21-23 dice:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (22) Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? (23) Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Mateo 7:21-23).
Es importante recalcar esto porque hay muchos que hablan “en el nombre de Dios”. Hacen milagros “en el nombre de Dios”, pero el Señor no los conoce y es más, dice “hacedores de maldad” y esto puede aplicar en un creyente que puede estar en un ministerio, que puede estar ejerciendo dones espirituales, puede estar practicando una disciplina espiritual, pero sin conformarse verdaderamente en la fe al Señor Jesucristo, por algo el Señor aquí, les dice “apartados de mí, hacedores de maldad”, porque la fe era sus egoísmos, la fe era gloriarse de lo que Dios hacía, era vanagloriarse porque no glorificaban a Dios, puede ser. Pero el asunto de que acá, hay una discordancia. Hacían las cosas, o sea obedecían entre comillas, pero no eran del agrado de Dios, o sea, no tenían verdaderamente una fe cimentada en Jesucristo. Y esto da cuenta de que “por los frutos seremos conocidos”, y eso lo habla en versículos anteriores, por ejemplo, en el versículo 15 cuando dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (16) Por sus frutos los conoceréis”. Más adelante, cierto, después de decir en el versículo 23 “hacedores de maldad”, más adelante del versículo 24, habla sobre “dónde está cimentada, por ejemplo, nuestra fe” y por ejemplo, vamos a leerlo mejor versículo 24:
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace [las obras], le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. (25) Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. (26) Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; (27) y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. (28) Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; (29) porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas (Mateo 7:24-29).
Entonces tiene ese contexto, porque decían “Señor, Señor” en el versículo 21, o en el versículo 22 “muchos dirán en aquel día: Señor Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios...?”. Bueno, abajo aclara el asunto de que hay dos cimientos, el que oye sus palabras, en este caso, las palabras de Jesús y las hace, que se fundamentó en la roca, y la roca es Cristo, y los que oyen y no hacen fundaron su casa sobre la arena, y fue grande su ruina, o sea, no fundamentó su fe en Jesucristo y cayó. Y se puede hablar de una conexión de “hacedores de maldad”. Entonces esto pasa cuando la fe no corresponde con sus obras. Hay una discordancia, no hay un diálogo, hay un desbalance.
Las Obras y su fundamento
Ahora, vamos a ver sobre las obras. Las obras en cuanto a lo que es obediencia pueden ser un síntoma tanto positivo como negativo de lo que creemos. O sea, toda creencia genera fruto, sí, puede ser, pero si nuestra creencia no genera fruto, quizás nuestra creencia está equivocada. Realmente no creemos en eso, o creemos en otra cosa, que estamos dando fruto de otra cosa, por ejemplo, yo puedo decir que creo en Dios, pero si hago lo malo ,claro, no creo verdaderamente en Dios, porque no se ven en las obras. Tengo un conocimiento o una “creencia informacional” en cuanto a Dios, pero si yo hago las obras de la carne es porque realmente “tengo mi fe en las obras de la carne” y por eso hago lo malo. Tengo una fe errada por ejemplo.
La obediencia, cuando hablé de “positivo o negativo”, bueno, puede ser positivo en el sentido de dar frutos dignos de arrepentimiento. Si vamos a Mateo 3:8-10, cuando Juan el Bautista predicaba, decía:
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, (9) y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. (10) Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego (Mateo 3:8-10).
Entonces el lado positivo es dar frutos dignos de arrepentimiento como un ejemplo de lo que es la obediencia a Dios, porque Dios llama al arrepentimiento y el resultado de arrepentimiento es cambiar, no quedarse como estábamos.
También está el sentido negativo en cuanto a las obras o en cuanto a los síntomas. El sentido negativo de habituarse la carne. Ya sea por una fe equivocada o por realmente no tener, lo que explicaba anteriormente, puede que yo tenga una idea informacional acerca de Dios, sé que hay un Dios pero si no obedezco su palabra, realmente mi fe está puesta en la carne, por eso hago lo que hago; o también una concepción equivocada de mi fe, creo estar obedeciendo a Dios, creo en Jesucristo, pero mi motivación equivocada como pasa con el legalismo: que se olvida de la misericordia y de todo eso. Es interesante.
También podríamos decir que cuando nuestra fe está fundamentada en las obras de la carne, Gálatas 5:17 en adelante:
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (18) Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. (19) Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, (20) idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, (21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gálatas 5:17-21).
Si nuestra fe está puesta en las obras de la carne, es obvio que es una fe equivocada. Es como la fe los demonios: sabemos de Dios pero hacemos lo contrario. Lo contrario a lo que honra a Dios también o porque realmente no tenemos fe en Dios.
Entonces estos son los síntomas positivo y negativo, si creemos en Dios vamos a dar un síntoma o una consecuencia positiva de nuestra fe que es la obediencia, acudir a los medios de gracia, disciplinarnos y crecer en la fe. Pero si nosotros tenemos esa obediencia como obras de la carne es un síntoma negativo de desobediencia, que no se conforma a la fe en Cristo sino a la fe en el pecado, o sea una idolatría. Nosotros debemos evitar esa discordancia, no hay algo bueno cuando se divorcia la fe y las obras. En cuanto a nuestra manera de vivir tanto la fe y las obras debe armonizarse en un cristiano. Debe entenderse como un diálogo o “verdades paralelas” que no se excluyen entre sí, en nuestra experiencia de vida. Un hijo de Dios debe mantener un equilibrio entre ambas. La hipocresía es resultado de un desbalance o incoherencia entre fe y obras, es decir: decir y no hacer.
Un cristiano consistente con su fe obrará, obedecerá en lo probable a Dios. Y digo en lo probable, porque lo ideal es que un cristiano no mienta, no peque pero, en la realidad, el cristiano va a caer en pecado, porque somos errables, no somos infalibles. Por eso pongo el tema de “lo probable” y hay problemas en cuanto a cierto estilo de predicación. Porque no estoy en contra y de hecho, es bueno cuando se denuncia el pecado, cuando se habla de obedecer a Dios, porque la Escritura manda que nosotros exhortemos, denunciemos el pecado, que aborrezcan el pecado, corregirlo deficiente, redargüir, reprender, corregir: “toda la Escritura es inspirada por Dios” (cf. 2 Timoteo 3:16), para eso. El tema es que cuando se predica desde un enfoque idealista que no se conforma totalmente con la realidad, empiezan a exigir, predicar contra, el pecado, pecado, pecado, pecado, duro contra el paganismo, duro contra la herejía, duro con eso y que el cristiano “tiene que ser perfecto, no se puede equivocar”. Y eso es un enfoque errado. O sea, estoy de acuerdo de que se denuncie el pecado, sí, pero no de un enfoque idealista sino de un enfoque realista: partiendo de que nosotros erramos. Porque si yo parto de que o predico de que el cristiano tiene que obedecer, tiene que hacer esto, bueno, la Escritura habla de que “nosotros tenemos abogado”, por ejemplo, en 1 Juan 2:1 dice: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis”, o sea, la voluntad de Dios es que nosotros no pequemos, pero agrega: “y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. O sea, la realidad es que vamos a pecar. Entonces considero incorrecto ese enfoque que solamente se encarga de hablar del pecado como si nosotros fuésemos perfectos, como si fuéramos unos marcianos, “unos extraterrestres”, como que no fuésemos de carne y hueso, como si fuésemos infalibles. Y se hace un escándalo porque: ah, esta persona pecó, ah, que le falta más disciplina. Ese enfoque legalista, perfeccionista y realmente el cristiano no es perfecto, por qué es errable. O sea, si vamos a predicar, por ejemplo, que sea de un enfoque realista, de que nosotros podemos equivocarnos. Y ese es el sentido de predicar de humildad e inclusive, en la Escritura habla de “restaurar con espíritu de mansedumbre”. Mire voy a buscar el versículo que está reflejando lo que yo estoy diciendo, por ejemplo en Gálatas 6:1 en adelante dice: “Hermanos , aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo…”, esta es la versión La Biblia de las Américas (LBLA). Voy a cambiar a la versión Reina Valera (RV1960):
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. (2) Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo (Gálatas 6:1-2).
La ley de Cristo es el amor, es la misericordia, es en la compasión, es juzgar con justicia y no en la hipocresía, en el versículo 1 habla “considerándote a ti mismo”. Entonces, si uno va a predicar en contra del pecado, hacerlo desde una postura realista, que refleja la Escritura. No desde que uno es perfecto, impecable, no, sino que uno puede errar y por eso está el sentido de la humildad. Entonces es bueno darle al pecado sí pero considerándote a ti mismo, o sea, con misericordia, con compasión como a uno le gustaría que lo corrigieran, no solamente a palo o con metal que resuena, sino con misericordia, con amor, desde un enfoque que uno se puede equivocar, porque digamos la verdad. Aunque uno diga que “no hay que pecar”, el cristiano va a pecar igual. Si está habituado en los ataques de rabia va a tener ataques de rabia por más que una diga que las obras de la carne la ira (cf. Gálatas 5:20) es un pecado.
Entonces predicar desde un enfoque idealista, ilusorio, de que uno tiene que ser perfecto es un error y no es que yo esté justificando el pecado. Por eso hablo sobre un cristiano consistente con su fe obrará, obedecerá “en lo probable a Dios”, porque a la verdad realmente uno peca todos los días. El tema que debemos encargarnos es en “no maquinar el pecado”, que no sea un hábito. Entonces para ser nosotros consistentes, obedeceremos en lo probable a Dios con la ayuda de Jesucristo.
Presuposición y evidencia
Ahora quisiera entrar sobre lo que es presuposición y evidencia. Estos ya son términos más técnicos, pero seria interesante que ustedes conocieran aunque sea de manera superficial lo que voy a decir, porque está relacionado con la fe y la obra.
Presuposición
La fe se presupone, se da por sentada una realidad sin necesidad de probar tangiblemente la certeza, o sea, nosotros creemos porque presuponemos que existe una realidad intangible, una realidad que está más allá de lo físico, una realidad trascendental. Dios es inmaterial y podemos comprender esa inmaterialidad por medio de la fe, porque así lo dispuso Dios. Nosotros damos por sentado su realidad, no probamos empíricamente su realidad como lo emplea el método científico contemporáneo y la fe presupone una certeza que no necesariamente se puede probar científicamente, pero también no necesariamente es falsa. Recuerde que había dicho que “la fe está más allá del intelecto”, en eso creemos los cristianos: la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.
Evidencia
La evidencia sugiere experimentar, por ejemplo, nosotros cuando obedecemos experimentamos, aunque no es lo mismo experimentar desde un enfoque cientificista, digamos. La evidencia sugiere tener experiencia o ver, o algo evidente y aquí entra el tema de lo objetivo y subjetivo.
Interrelación entre lo objetivo y lo subjetivo
Lo subjetivo es lo que uno experimenta en primera persona o lo que uno siente y lo objetivo lo que está fuera de nosotros, que se puede confirmar con varios testigos y la experiencia tiene tanto lo objetivo y subjetivo en el ser humano, por ejemplo, existe la ley objetiva y la ley subjetiva. La ley objetiva puede ser una ley moral y la subjetiva pueden ser algunas derivaciones o algunos principios, directrices que se subordinan, pero que está más apegado a lo que uno experimenta, a la particularidad [inmediato]. Lo objetivo puede ser algo que se generaliza, pero eso ya son cosas más complicadas, pero el asunto cuando uno experimenta, están esas dos cosas: objetivo y subjetivo. No se puede ser solo objetivo, es una ilusión, pero tampoco se puede ser solo subjetivo. Están las dos cosas en el ser humano y cuando uno experimenta la fe experimenta tanto lo objetivo y lo subjetivo.
La presencia de Dios se experimenta subjetiva y objetivamente
El sentir, cierto, cuando uno siente la presencia de Dios es algo subjetivo, pero cuando muchos experimentan esa subjetividad, podemos desprender [y concluir] que hay algo externo [que provoca esa subjetividad independiente de nosotros], o sea, el objeto, objetivo de una verdad [por ejemplo: Dios]. Bueno voy a continuar.
La demostración de la fe no se limita al método científico
Demostrar empíricamente la certeza viene del modernismo. Eso de que los experimentos, por ejemplo, que hay en un laboratorio, cuando se demuestra empíricamente es porque se puede replicar, entonces esa certeza viene a ser, digamos, “una verdad” de acuerdo al método científico o al modernismo. Pero dentro de una cosmovisión cristiana Dios es, se presupone, se da por sentado más que probar empíricamente su existencia. Revisemos el versículo Éxodo 3:14, el nombre de Dios: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. Claro, porque como decía, dentro de una cosmovisión cristiana “Dios es”. Claro, porque el Señor declaraba: “yo soy el que soy, yo soy me ha enviado”. No dice “yo existo porque existo”. Entonces por eso en la cosmovisión cristiana se presupone el ser de Dios, se da por sentado de que Dios es, de que hay un Dios, más que probar empíricamente su existencia.
Dios es, la Biblia lo da por sentado
La Biblia da por sentado su ser, no intenta probar la existencia de Dios en términos del método científico, porque el método científico comprueba lo que es empírico, lo que es palpable, la experiencia, no las cosas inmateriales y Dios por definición “Dios es espíritu”, es inmaterial. Por ende, está fuera del alcance del método científico. Entonces el método científico dice que lo que existe puede ser experimentado y lo que no puede ser experimentado, depende del enfoque que tenga la persona, dirá que “no existe” o que “no se puede saber si existe o no”. Entonces, no tiene sentido probar la existencia de Dios desde un paradigma materialista, positivista si somos cristianos, porque Dios es inmaterial, es trascendente. No se puede demostrar científicamente la existencia de lo no material y esto no demuestra su irrealidad. Cuando las personas tienen un enfoque materialista es porque se van solo a lo material, que eso es empírico, lo que se puede experimentar, lo que se puede replicar. Positivista también, porque lo que es positivo lo que es la experiencia (resultado), también lo que se puede experimentar o que niega lo sobrenatural, lo que niega los fenómenos, no tiene sentido, porque para esas filosofías no analizan el tema inmaterial, está limitado, pero a la vez, no se puede decir que es irreal, por eso nosotros damos por sentado que Dios es, porque Dios es trascendente, es eterno, está más allá de una realidad materialista o de la comprobación del método científico. Pero obviamente lo que estoy hablando es una opinión, lo que entiendo sobre esto.
Otras ideologías
Ahora, debido a que personas, incluso cristianos no aceptan la realidad anterior, de que Dios es trascendente, que no está limitado al método científico, que la fe está más allá de la razón, de que no intenta explicar todo. Es que existen las siguientes tendencias a las cuales se desvían, porque “Dios” entre comillas y “la religión” no cumplen sus expectativas, no explican todo lo que quieren explicar, experiencias negativas por sectas o por un cristianismo aberrante, etcétera, etcétera y digo “cristianismo aberrante”, porque hay gente que cree en todas las doctrinas fundamentales del cristianismo, o sea, son cristianos pero en la práctica o son muy legalistas o son muy libertinos, o son muy materialistas (de posesiones materiales), individualistas, hacen daño a la gente, dan mal testimonio, hay una discordancia entre fe y obra y bueno, esas tendencias a las que se pueden ir esta gente es al Ateísmo.
El Ateísmo
Qué significa sin Dios, o sin dioses o no creencia en dioses. Este sistema presupone la “no creencia de Dios, la increencia” y en algunos casos antirreligión en un sector militante, por ejemplo, el ateísmo militante que son anticristianos, pero no todos son así, no todos los ateos son hostiles. El enfoque del ateísmo se supone que es racionalista, o sea, se va por la razón solamente y por el tema del método científico, por lo que tiene otro entendimiento sobre la fe, que la reducen a solo superstición o a algo necesariamente contrario a la evidencia observable. Cosa que la fe no es necesariamente contraria a la evidencia, porque inclusive, la evidencia requiere de una presuposición, una certeza, lo que pasa es que la fe no se limita a la comprobación [empírica] de la certeza, porque puede haber una certeza que no se puede comprobar, pero puede ser real, que lamentablemente o favorablemente el método científico no puede alcanzar por el propósito que tiene el método científico, que solamente comprueba lo que es material y no trascendental [metafísica, mas allá de la materia]. Entonces como la [fe, la] reducen a esas cosas, el ateísmo tiene una concepción diferente de fe, porque llegan al punto de negar lo sobrenatural, lo desconocido como “no existente”, entre comillas. El conocimiento que ellos adquieren es más “a posterior”, que se tiene que comprobar [materialmente para decir una verdad], que primero comprueban y sacan las conclusiones y no que primero la hipótesis [a priori, dar por sentado] y después, comprueban. Por eso son más positivistas, a lo que tiene que ser comprobable (resultado), un ver para creer, en términos sencillos o andar por vista, o sentir para creer, etcétera, etcétera. En cierto sentido, cuando un creyente vive la vida como se le da la gana, es decir, sin observar un marco moral, por ejemplo la ley del amor, la ley de Jesucristo, la ley del Espíritu puede considerarse como un “ateo práctico”, entre comillas, es decir, vive como si Dios no existiera.
Para más información en cuanto a este tema puede revisar el artículo “Ateísmo” del equipo etecé del año 2022, de la enciclopedia concepto y la página web es concepto/ateísmo.
El Agnosticismo
También otra tendencia a las que se van, puede ser el Agnosticismo que significa sin conocimiento. Thomas H. Huxley que vivió en los años 1825 al 1895. Agnosticismo contraparte de Gnosticismo. El Agnosticismo significa “sin conocimiento” y Gnosticismo significa “conocimiento”. El Gnosticismo era una corriente filosófica que se contraponía al Cristianismo, era una herejía, de ahí donde se desprenden las ideas deterministas o maniqueas (predestinacionistas) podría decirse. Pero el Agnosticismo es un término acuñado que es la contraparte de Gnosticismo, porque Gnosticismo tiene que ver con “conocimiento oculto, religioso, divino”, pero el Agnosticismo es “sin conocimiento de esas cosas”, que no se pueden conocer esas cosas, si no se puede comprobar no hay certeza absoluta o no hay un conocimiento claro sobre eso, puede ser. Y esto me recuerda, por ejemplo, cuando en la Biblia habla de los “gemidos indecibles”, esto aparece en Romanos 8:26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. ¿Qué significa gemidos indecibles? Que no pueden ser expresados con palabras. Lo mismo es cuando se habla de sin conocimiento o lo “incognoscible”, que eso significa Agnosticismo: incognocible, que no se puede conocer cognitivamente. Y ellos postulan de no saber si existe o no Dios, o sea, a diferencia del Ateísmo que presupone que no hay Dios, que es imposible, el Agnosticismo dice no saber con claridad si hay o no Dios y que no es tan relevante eso, porque ellos se van al tema del método científico, por ejemplo, un agnóstico diría que: por el método científico no se puede demostrar la existencia de Dios, pero tampoco se puede demostrar su inexistencia. El Agnosticismo presupone que no se puede conocer a Dios, un ser perfecto con un entendimiento limitado, imperfecto, por lo tanto, en su conclusión no existe certeza absoluta si es real o no real. También su enfoque es racionalista, naturalista y modernista, pero menos hostil que el Ateísmo, y claro. Ahí en el Agnosticismo hay distintas variantes, igual que en el Ateísmo. Hay Ateísmo débil, Ateísmo fuerte; Ateísmo positivo, Ateísmo negativo.
El Teísmo Cristiano
El Teísmo Cristiano, nuestra posición, de presuponer la existencia de Dios, de lo sobrenatural y de la realidad de la fe afirma que “no se puede comprender completamente a Dios, pero eso no significa que no se pueda conocer en nuestra limitación lo que Dios quiere revelar”. Ese es el sentido de la revelación bíblica “[...] que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (cf. Juan 17:3). Nosotros presuponemos que Dios se dio a conocer por la revelación, por medio de los santos profetas y por eso fue inspirada la palabra, y fue escrita, para dar testimonio de Jesucristo (cf. 2 Pedro 1:20-21; 1 Timoteo 3:16; Juan 5:39). Tenemos un conocimiento limitado de lo que Dios es, por tanto, podemos conocer parte de su trascendencia porque él lo quiso. No que podamos conocer todo detalladamente de Dios, simplemente no se pueden conocer todas las realidades de Dios porque, claro, nosotros con mente limitada no podemos comprender toda la mente de Dios, pero eso no quiere decir que no haya Dios, esa es nuestra posición o nuestra presuposición.
Puede leer más para más detalles el artículo Agnosticismo de Gaspare Mura, del año 2015 en diccionario interdisciplinar Austral, la página dia austral.edu.ar/agnosticismo.
Corrientes Apologéticas
Ahora, vamos a entrar un poco sobre corrientes apologéticas o defensa de la fe, de tendencia presuposicional o evidencialista. Existen distintos enfoques apologéticos Teístas. Teísta es la contraparte de Ateísta.
El Presuposicionalismo
El presuposicionalismo como dice su nombre, su enfoque es defender la fe con base en presuposiciones, suposiciones dadas por sentado o certezas que se creen por sentado. No se enfrasca en probar empíricamente o de acuerdo al método científico modernista la existencia de Dios, aunque puede recurrir a evidencias. Intenta entender las presuposiciones contrarias, o sea, las presuposiciones que tiene el ateísmo o el agnosticismo para entrar en diálogo, o sea, para conversar, para intentar razonar y contraargumentar.
El Evidencialismo
El evidencialismo por otra parte, como indica su nombre, su enfoque es defender la fe con base en las evidencias literarias, históricas, filosóficas como un razonamiento de por qué Dios existe. también parte de presuposiciones, pero enfatiza fundamentar las certezas con pruebas verificables a través de la historia ante el mundo. Puede emplear también un enfoque modernista, pero a favor de la fe.
Puede leer para más detalles tres artículos apologética clásica, también apologética presuposicional, y por último, apologética evidencial del autor Matt Slik del año 2017, publicados en noviembre de 2022 en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana, miapic.org.
La apologética presuposicional la ventaja es que no se va a enfrascar con un ateo demostrando la existencia de Dios, sino que primero evalúa si vale la pena debatir con un ateo y porque según un enfoque presuposicional, no saco nada con hablar con alguien hostil a la fe cristiana, si no cree, por más evidencias que le muestre, si no cree no va a aceptar, las va a rechazar todas. Entonces no pierde el tiempo en ese sentido
Y la ventaja, por ejemplo del evidencial es que te prueba, si es necesario, hacen debates y dan los fundamentos de por qué cree que el cristianismo es más razonable. Entonces intenta mostrar prueba histórica, el Jesús histórico, argumentos filosóficos, por ejemplo, el argumento teleológico [propósito], o de la moral, etcétera, etcétera. Por ejemplo, si hablamos de evidencia histórica, manuscrito de las Escrituras, confirmaciones arqueológicas, la tumba vacía, la persecución al Cristianismo, por ejemplo, uno no da su vida por una mentira, quizás algunos lo darán pero el cristianismo como algo generalizado en su tiempo, cuando antes de que Constantino legalizara la religión en su imperio, muchos cristianos dieron su vida, que eso también son testimonios, son mártires, son testimonio de la fe y el evidencialista puede usar eso, y todo eso da testimonio para el mundo de una verdad trascendente, Dios, su carácter, salvación, condenación, que no se limita a explicaciones filosóficas o científicas, sino se da por sentado por fe y que está más allá del razonamiento o de lo que podamos experimentar. Recomiendo adquirir el libro, Historia del Cristianismo del autor Justo L. González. Y nuestra vida es un testimonio público de la fe, hablando de lo que es la obra, expresar a Dios, el carácter de Cristo, una vida transformada, andando en el Espíritu. es una experiencia tangible de una realidad trascendente, la realidad de Dios, la verdad de Jesús por fe y consecuentemente por obras.
Recordatorio: repaso
Bueno, estaba viendo sobre que:
- La fe es un medio, que la fe tiene un entendimiento y alcance intelectual, vivencial y espiritual, que está más allá de ellos, intelectual, emocional y conductual.
- También diferencia de la fe de los demonios y de los falsos maestros que no corresponden con sus obras, hay una discordancia de fe y obras en ellos.
- Y en cuanto a las obras, a obediencia que tiene un síntoma positivo o negativo. Si damos frutos dignos de arrepentimiento es porque nuestra fe está centrada en Jesucristo, que manda a arrepentirse, a cambiar de vida. Y el sentido negativo es cuando nuestra fe no fructifica o refleja las obras de la carne y esto puede ser por una fe equivocada o por realmente no tenerla.
- Tanto la fe y las obras deben armonizarse en un cristiano, en diálogo y no en contraposición.
- Después, vimos sobre lo que es presuposición y evidencia, que están conectados con el tema de la fe. La fe es una certeza que puede ser comprobada y no comprobada.
- También ciertas ideologías como el Ateísmo, que parten de otras presuposiciones, que da por sentado de que “no existe Dios” y la fe la toman como algo más supersticioso, que siempre es contrario a la comprobación, siendo que la fe, o sea, o la evidencia empírica no necesariamente se contrapone la fe, lo que pasa es que lo empírico comprueba lo que se puede observar en la experiencia, pero la fe o la certeza de la fe hay ciertas cosas que se pueden comprobar, pero también entran cosas que no se pueden comprobar por su naturaleza inmaterial como lo es Dios. Y el Agnosticismo también que habla sobre no tener razones suficientes de la existencia o no existencia de Dios.
- También en cuanto a la fe, el tema de la defensa, la apologética, defensa de la fe. Dos tendencias, presuposicionalismo y evidencialismo. El presuposicionalismo intenta entender las presuposiciones de los otros para entrar en diálogo y presentar defensa de la fe, más que presentar evidencias. La apologética evidencialista que también parte de presuposiciones, pero ellos enfatizan defender la fe con evidencias, por el tema histórico, la tumba de Jesús, el Jesús histórico, confirmaciones arqueológicas, la crítica textual cierto, todo eso, la persecución al cristianismo, etcétera, etcétera. Y que nuestra vida es un testimonio público de la fe, expresa a Dios, el carácter de Cristo y así continuamos.
El Pecado original y potencia de la fe
Ahora, volviendo al tema de la fe. Que la fe es un medio para recibir la salvación, eso se repitió anteriormente, la fe es un regalo de Dios para todos los seres humanos, una potencia que fue dada para recibir la salvación como agentes libres. Por ejemplo en la creación el Señor nos creó a su imagen y semejanza, y eso fue antes de la caída por lo que tiene la libertad, el albedrío. Y lamentablemente el hombre o el ser humano desobedeció.
El tema del pecado original que postulan [algunos], la consecuencia del pecado de Adán, por ejemplo, Génesis 3:6 en adelante dice:
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (7) Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. (8) Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. (9) Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? (10) Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. (11) Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? (12) Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. (13) Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. (14) Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. (15) Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (16) A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. (17) Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida (Génesis 3:6-17).
Y así continúa el relato donde se presupone el tema del pecado original, el cual ingresó: relata el ingreso del pecado a la humanidad según Romanos 5:12: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Entonces el ingreso del pecado a toda la humanidad que relata Génesis 3:6 en adelante y Romanos 5:12 hace que todos tengamos “una inclinación hacia el pecado desde que nacemos”, al error, a la maldad. Aún nuestro albedrío [voluntad] fue afectado, porque cuando nosotros tenemos conciencia de pecado y no hacemos el bien es pecado. Sin embargo, no prueba que el ser humano esté incapacitado, sin la potencia [posibilidad o poder] de creer, por eso Dios llama a “todos al arrepentimiento”. En Hechos 17:30-31 RVC dice:
Dios, que ha pasado por alto esos tiempos de ignorancia, ahora quiere que todos, en todas partes, se arrepientan. (31) Porque él ha establecido un día en que, por medio de aquel varón que escogió y que resucitó de los muertos, juzgará al mundo con justicia» (Hechos 17:30-31 RVC).
Esto prueba de que sí el Señor quiere que “todos, en todas partes se arrepientan”, quiere decir que los que reciben el mensaje o los que escuchan tienen la potencia, la capacidad de responder al llamado. Si bien el pecado afectó a toda la humanidad y dio la tendencia, sin embargo, Dios por su gracia, como él expande el mensaje de salvación y nosotros por gracia ejercemos esa recepción. Y también en Isaías que esto, también no tendría sentido por ejemplo, porque hay un entendimiento, en cuanto a la depravación del hombre, total, que inclusive, dicen que uno “no puede”, está inhabilitado totalmente y a tal punto de que, porque Adán pecó, [por] ese pecado también nosotros pecamos, que nosotros también pecamos. Por el pecado de Adán nosotros tenemos culpa. Pero el versículo [Romanos 5:12] también dice “por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios”. Ahí habla de un pecado personal que uno comete cuando uno adquiere la conciencia del bien y del mal, que es entre la niñez y la adolescencia. Pero acá la Escritura, por ejemplo, en Isaías 55:7 en adelante RVC dice:” ¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos!”, o sea, que el Señor, que uno sigue teniendo la potencia [el poder] de responder y claro, esa potencia fue dada en la creación cuando el Señor nos creó a imagen y semejanza de Dios en Génesis 1:27. “¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar con generosidad”. La Reina Valera 1960 dice: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos”, versículo 8 RVC:
El Señor ha dicho:«Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. (9) Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes (Isaías 55:8-9 RVC).
Es interesante porque aquí deja claro que aún el impío [incrédulo], el Señor llama para arrepentirse, para recibir, o sea le da, tiene la capacidad de creer. El problema está en que uno resiste al llamado, el impío resiste al llamado, como está gobernado por el pecado resiste el llamado de Dios, pero no le da, cómo se puede decir, de inhabilitar la potencia, la incapacidad de creer. El tema es que cuando uno ejerce fe en Cristo es por gracia, una gracia previa y no por nuestros méritos, yo creo que ahí está la confusión.
Las obras como evidencia
Bueno seguimos, las obras son las actividades para ejercer la fe. es una manera de corresponder ante Dios públicamente lo creído, por lo menos lo que se puede demostrar, porque la justificación no siempre puede ser visible. Solo cuando estemos con el Señor sabremos con certeza absoluta si el que cree y no dio fruto público de justificación fue o no salvo. Comparemos, por ejemplo con el que murió en la cruz, esto queda en Lucas 23:43: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Bueno, esto lo nombro porque hay confusión con respecto al tema de la fe, por ejemplo, hay una noción de algunos hermanos que hablan de que, cuando uno dice que las obras son testimonio público de la fe, que por ejemplo, cuando uno es nacido de Dios, uno va a dar fruto y si no da fruto uno no es salvo. Da la sensación de que hacen entender que, al final, la salvación no es por la fe en sí, sino por obras y se puede entender, porque se supone que la fe tiene fruto. La fe verdadera corresponde a los mandamientos de Dios, pero hay situaciones que, a veces, uno no sabe, porque uno no sabe los pensamientos de la gente, a menos que Dios te lo muestre, o las intenciones del corazón, por ejemplo, este relato de Lucas del ladrón en la cruz, lo sabemos porque está relatado, la persona que escribió relató esas palabras y sabemos que fue salvo porque Jesús lo dijo, pero, ¿qué pasa con gente que nosotros no [conocemos], que por ejemplo, un borracho y de repente al otro día murió, y no sabemos si murió en ese estado o si confesó a Jesucristo en sus últimas palabras. Entonces ahí la fe no tuvo, digamos, oportunidad o el hombre no tuvo oportunidad [de demostrar fruto]. Si creyó en Jesucristo, si que confesó a Jesucristo, no hubo un proceso de demostración en obras, así como lo que pasó en la cruz. Entonces cabe la pregunta de que, ¿siempre la fe se demuestra con obras, en cuanto a, por ejemplo, en cuanto a la salvación? Yo creo que en la mayoría de los casos sí, pero no son en todos los casos. ¿Por qué? [El caso de] el ladrón en la cruz. Pero eso no quiere decir que la fe, en cuanto a la santificación, digamos, por ejemplo sea sin obra, tiene que haber obra la fe.
Cuando uno cree en Cristo eso ya es suficiente para salvación y las obras son las consecuencias que se pueden demostrar de manera tangible de la salvación ya obtenida en Cristo, por lo tanto, las obras no te salvan, pero sí las obras perfeccionan la fe y nosotros necesitamos de las obras para dar testimonio de Cristo, de la realidad trascendente, para dar testimonio del amor de Dios, para hacer diferencia de la fe de los demonios o del ateísmo práctico. La fe por lo general, entonces, se demuestra. Hay una entrega, hay un cambio de vida, un cristiano no puede quedar estéril, si queda estéril es porque no está asimilando a Dios en su vida, es porque no está siendo cristocéntrico, es porque no estamos habituándonos, disciplinandonos espiritualmente por los medios de gracia. La fe y las obras tienen que tener un diálogo, tienen que concordar en un cristiano, en un nacido de nuevo, porque lo necesitamos y porque los demás que no conocen a Cristo necesitan de ese testimonio, gloria a Dios.
Entonces, podemos entender por el tema de las obras, y por qué se relaciona con la fe.
Las obras son
1. Un testimonio tangible de una realidad intangible en nuestro amor, como lo hablaba en un podcast anterior, el tema del Bautismo. que el Bautismo refleja públicamente lo que ha ocurrido en nuestro interior. Morir para el mundo y vivir para Cristo. Entonces las obras con relación a la fe verdadera es un testimonio tangible que se puede palpar, que se puede experimentar y que los demás pueden ver, de una realidad trascendental, de una realidad espiritual y material en nuestro interior que prueba nuestra fe.
2. Las obras agradables ante Dios no son en sí mismas limpias. O sea, como yo decía anteriormente, yo puedo orar, ayunar, hacer los medios de gracia por ejemplo o puedo hacer buenas obras, pero por sí sola desconectada de la fe en Cristo no pueden ser limpias. Si yo lo hago en mis propios méritos dejando a Cristo de lado, no pueden ser limpios, no son agradables. Por eso las obras agradables ante Dios no son en sí misma limpias sino cuando tienen su fundamento, la fe en Cristo, no cualquier fe si no en la persona correcta. Podemos revisar Hebreos 12:2 cuando, en la Biblia de las Américas (LBLA), vamos a ver Biblia de las Américas Hebreos 12:2: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2 LBLA). De lo contrario, estas obras, buenas obras son como trapos sucios ante Dios, esto aparece en en Isaías 64:6 versión La Biblia de las Américas: “Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran” (Isaías 64:6 LBLA). Entonces las obras que no están fundamentadas en la fe en Cristo, Dios Padre, aunque sean buenas obras, las mira como trapo sucio, como “trapo de inmundicia”. Y eso también lleva a que nuestros méritos cuando están sin Cristo son sucios ante él, no agradamos a Dios, pero cuando nosotros obramos y esa obra está fundamentada en la fe en Cristo, claro, nos mira “perfectos” ante Jesucristo, porque no nos mira a nosotros en nuestra podredumbre, nuestro Padre nos mirará nosotros a través de Jesucristo. Romanos 5:1 habla de que “por medio de Jesucristo tenemos paz para con nuestro Padre”, pero si quitamos nuestra fe, dejamos de lado a Jesucristo, aún nuestras obras altruista entre comillas “amor al prójimo”, sin Jesucristo son trapos sucios, están manchada de nuestro pecado porque nosotros no podemos agradar a Dios en nuestros méritos. Tiene que ser por gracia conectado a Jesucristo y manifestado en medios de gracia.
3. Las buenas obras son una muestra de amor al prójimo. Nuestra obra bendice a los demás, no solo a nosotros. Son canales de la manifestación del amor de Dios bendiciendo a los demás. Al mundo incrédulo se les puede hablar de Dios, pero por culpa de nuestras malas acciones o de la gente hipócrita se decepciona y generaliza, entonces ven nuestras malas obras. Y esas malas obras son tropiezo, cuando son iluminados con el evangelio. Son manchas o son obstáculos para que ellos se rindan a los pies de Cristo, porque se fijan en lo que hacemos nosotros. Somos como una Biblia abierta para ellos, mientras que nuestra Biblia es la palabra de Dios, pero para el mundo incrédulo, ellos no creen en Dios y no ven la Biblia en sí. Pero nos observan a nosotros y por eso, nosotros somos una Biblia abierta al mundo, pero cuando mostramos amor, las obras son una muestra de amor, es una muestra de la fe fundamentada en Cristo, somos canales de bendición. Claro que Dios no necesita nuestras buenas obras, pero sí el mundo incrédulo para dar testimonio y para que crean en Dios. Jesucristo cuando hacía buenas obras era para dar testimonio, una señal a los judíos, los milagros, todos, para que creyeran en Jesucristo, o sea, para que creyeran en Dios, para que alabaran al Padre y eso mismo es nuestro papel. Somos los representantes de Cristo en el mundo, somos columna y valuarte de la verdad (cf. 2 Corintios 5:20; 1 Timoteo 3:15) como iglesia. Testimonio de lo espiritual ante un mundo material. ¿Vamos entendiendo? Los medios de gracia contemplan en nosotros obrar, son acciones. Realizarlas como actividades habituales, o sea, como decía también antes, el propósito de las disciplinas espirituales es para no ser esclavos de pecado, es para romper hábitos pecaminosos accionando hábitos espirituales adquiridos por las disciplinas espirituales, medios de gracia son una actividad intencional que debe tener en nosotros como cristianos y nuevos en la fe el fundamento de fe en Jesucristo, para expresar el carácter de Cristo.
Como expuse en los medios de gracia, anteriormente estos medios no nos salvan por sí solo, pero todo salvado por gracia los necesita, para edificación, el único medio para salvación es la fe en Jesucristo, pero los otros medios de gracia son para nuestra santificación, la santificación de los salvos, hijos de Dios, escogidos, que Dios preparó de antemano para dedicarnos a ella. Efesios 2:8-10, versículo 10, vamos a leer antes del 8:
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. (Efesios 2:8-10 LBLA).
Gloria a Dios. Entonces esta es la intención del Señor que en su bondad preparó para que nosotros anduviéramos en esas buenas obras, por ende, para accionar los medios de gracia, por ende ,para autodisciplinarnos, por ende, para demostrar tangiblemente la realidad espiritual por medio de buenas obras ante el mundo incrédulo, por ende, manifestar la verdadera fe en Jesucristo y por ende, para mostrar nuestra consistencia en diálogo de fe y obras que en un cristiano deben ir juntas.
Apologética verdadera
La mejor manera, pienso, de defender la fe es con base a vivir el cristianismo consistentemente, dar fruto del Espíritu, expresar la naturaleza de Cristo a los demás, compartir sabiduría de lo alto que aparece en Santiago 3, si es posible, leer todo el capítulo. Expresar el amor al prójimo, la religión verdadera, porque. ¿De qué nos sirve argumentar la existencia de Dios, afanarnos en demostrar la infalibilidad de las Escrituras si vivimos como si Dios no existiera, como un ateo práctico? o ¿si no santificamos al Señor primero en nuestra vida, si no vivimos en el Espíritu, si no conocemos nuestra fe, si no estamos creciendo espiritualmente?, hacer evidente ante los demás nuestra fe por medio de buenas obras fundamentadas en Jesucristo. Eso es lo que pienso cuando se habla de “defender la fe de manera implícita”.
Diálogo entre fe y obras
Por eso es necesario mantener en diálogo la fe y las obras para no caer en esos extremos de obedecer con una fe equivocada, legalismo, salvación por obra, perfeccionismo o creer informacional, sin fruto de obediencia práctica, lo que cae libertinismo. Mientras que el legalismo es un extremo donde enfatiza lo legal, la ley, el literalismo, la obediencia perfeccionista del idealismo de denunciar el pecado por ejemplo, pero no considerarse a sí mismo, no considera la realidad de un cristiano de que va a pecar igual aunque uno diga que “no hay que pecar” y la concentración que hay que hacer es enseñar a que uno no maquine esas cosas [no sea un hábito], a orar los unos por los otros, a enfatizar las disciplinas espirituales, los medios de gracia, enseñarlo como medio de gracia, como disciplina espiritual, pero desde la realidad de lo falible que es el ser humano como lo describe, la misma Escritura y no del idealismo como si uno “no se equivoca”, ese es el legalismo, que enfatiza cumplir la ley a rajatabla por sobre la misericordia y no importa si anula a los demás o esclaviza a los demás, metal que resuena y címbalo que retiñe (cf. 1 Corintios 13:1). Y el otro el libertinismo, que son “antinomianos”, antiley, que toma la gracia para libertinaje, siendo que cuando dice “¿perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ningún modo” (cf. Romanos 6:1-2), porque la gracia y el pecado se oponen. Lo que pasa es que donde dice “abundó la gracia” (cf. Romanos 5:19.21) cierto, en cuanto a lo que es el pecado [abundó la transgresión], en cuanto a la misericordia, al arrepentimiento, de que el Señor es bueno, pero no quiere decir que sigamos en el pecado si la gracia se contrapone al pecado y el libertinismo que, por ejemplo, se puede ver en ciertos, porque no son todos, sectas que toman una gracia barata como “salvo siempre salvo, que viven, peca lo que quiera, total eres salvo”, entonces no hay ley, cierto y la gracia la toman como libertinaje siendo que la gracia se opone al pecado y la gracia tiene una ley que es la ley de Cristo, la ley del amor y que requiere que nos disciplinemos. Y si uno solamente cree informacionalmente, no llevamos fruto de práctica, o sea, no nos sometemos a la ley de Cristo, no nos congregamos, caemos en un libertinismo, que fundamenta su fe en las obras de la carne. Entonces, se puede defender la fe de manera implícita, demostrar, digamos, la realidad de Dios, lo trascendente de manera implícita por medio de buenas obras, de ser bendición a los demás, de comunicar el amor de Dios y más que defender la fe en sí con argumento o afanarnos en eso, es ser consecuentes, es ser consistentes, es ser autocríticos sanos, cristocéntricos y saludables. Esa debe ser nuestra base, andar en el Espíritu.
Y eso es lo que quería compartir con ustedes. Que la fe y las obras debe haber un diálogo constante, que no se excluyen entre sí, que las obras tienen que estar fundamentadas en la fe en Cristo y que la fe tiene que producir una obra consecuente, de que uno ha creído en Cristo. La obra por sí sola no agrada a Dios. La obra con una fe equivocada es pecado y la fe sin obra es como la fe de los demonios, no hay una consistencia, no hay una retroalimentación, algo cíclico y bueno, lamentablemente en internet está la moda de Apologebasura, como se denomina, como la cuñó J. P. Martínez, si no me equivoco. Porque se observa en internet que hay gente que hace contenido cristiano, pero son puras contiendas, son puros chismes, es más sensacionalismo, morbo y algunos conspiracionismo, que abunda el falso testimonio… Eso no refleja cristianismo, no reflejan la verdadera espiritualidad y también está esa falsa “sana doctrina”, que parecen más fundamentalistas yihadistas que cristianos, que si uno no está de acuerdo, da su opinión, te condenan prácticamente, te tiran las bestias del apocalipsis o te tratan de “libertino”, porque uno no cree en su legalismo disfrazado de sana doctrina, o en ese idealismo de que hay que denunciar el pecado desde una postura “perfecta” como si uno fuese impecable, en vez de la realidad de que todos fallamos. Hay que denunciar el pecado, pero considerarse a sí mismo, corregir pero considerarse a sí mismo, porque eso refleja la Escritura.
Conclusión: obras y fe en Jesucristo
Entonces, concluyendo, la fe se puede entender como en diálogo con las obras. La fe implica tanto lo intelectual, lo emocional y la acción. Tienen que ser las tres cosas para que sea una vida íntegra, pero también está más allá de lo que podemos razonar, experimentar, porque la fe apunta a una realidad trascendente, que está más allá de lo que pueda ser probado científicamente, o racionalmente o emocionalmente.
También el tema de los presupuestos, de otras corrientes de pensamientos, como el Ateísmo que tiene otro enfoque, otra presuposición o el Agnosticismo que se diferencia del Teísmo. Teísmo o la cosmovisión cristiana presupone la realidad de Dios, la trascendencia de Dios, que se puede conocer por la fe. Mientras que el Ateísmo presupone la “no existencia de Dios” y de lo que no puede ser verificado empíricamente y el Agnosticismo se basa más en un tema, de que no se puede probar la existencia de Dios, pero tampoco se puede probar su inexistencia, y así como cosas sobrenaturales, fenomenológicas, entre otras cosas.
También la fe tiene presuposiciones y tiene evidencias, tiene certezas que se pueden comprobar y no se pueden comprobar. También las obras.
También la diferencia entre presuposicionalismo y evidencialismo, está relacionado el tema de la fe y de las obras porque el presuposicionalismo, que tiene un carácter más intelectual, que construye su argumento con base a presuposiciones e intenta entender las presuposiciones de ideologías contrarias para argumentar la fe, y los evidencialistas enfatizan las pruebas históricas, arqueológicas, los copistas, crítica interna, todas esas cosas.
También los medios de gracia que contemplan el obrar, las acciones. Son testimonios públicos, un testimonio tangible de lo intangible, un testimonio público, físico, experimental de las cosas que son trascendentes, que son inmateriales. Dios es espíritu, el Espíritu es inmaterial y que las obras deben concordar con la fe y la fe debe concordar con las obras en un cristiano y como nuevos en la fe, si algunos son nuevos, tomen en cuenta todas estas explicaciones.
Obviamente puedo tener algún error en lo que estoy diciendo porque son cosas que no son fáciles de explicar, pero con el tiempo ustedes entenderán. La idea es que ustedes crezcan en la fe y estoy compartiendo esto, porque a alguien le puede servir. Por eso es más necesario mantener un diálogo, no contraponer la fe y las obras en cuanto a los medios de gracia, en cuanto al crecimiento espiritual, dejar en claro de que nosotros, por las obras en sí no somos salvados, no es por mérito propio, sino por la fe en Cristo y solamente perseverando en Cristo somos salvos, pero debemos procurar mostrar esa realidad salvadora al mundo, por medio de buenas obras, porque ellos son los que necesitan buenas obras, entre nosotros, entre hermanos necesitamos la buenas obras para ser bendición, para dar testimonio, para dar defensa de la fe de manera implícita, de que hay una realidad [espiritual], de que hay un Dios vivo, de que hay una esperanza, de que hay cambio de vida y de que existen los milagros, pero que no son a base del método científico. No se reduce a esas evidencias.
Y ser consecuentes, ser autocríticos, ser cristocéntricos y no imitar el mal ejemplo de la apologebasura o de los garroteros de internet, que no reflejan cristianismo, con eso lo digo todo.
Así que, les saludo en la paz del Señor Jesucristo. Si no entienden, escuchen nuevamente el vídeo, comprueben la información que estoy hablando. Yo no hablé extensamente sobre todo del Ateísmo, del Agnosticismo porque me podría demorar mucho más y nada.
Que sean fortalecidos, que crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y nos vemos. Hasta la próxima.
