La oración. Fe, eficaz y ferviente

Estudio bíblico sobre la eficacia de la fe en la oración

Audio Lectura:

Texto:

Hola hermanos, les saluda su hermano Víctor Ñancucheo y les traigo una nueva reflexión tocante al tema de la oración.

El texto base se encuentra en Santiago 5:15 RVR1960 y dice así:

Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

La fe en la oración sana, salva y reconcilia

En este versículo habla sobre la oración de fe, esta oración tiene que ver con salvar al enfermo y perdonar pecados, tiene que ver con sanidad física y del alma, lo que implica salvación de nuestra alma. Si uno lee el versículo 14 se puede dar cuenta que habla de personas enfermas y los ancianos de la iglesia que oren por ellas o por él, por aquel que está enfermo ungiendo con aceite [1], en el nombre del Señor y la oración de fe salvará al enfermo, según el versículo 15. Y también, dice:

Y si hubiere cometido pecados le serán perdonados.
 
Entonces, si hay un enfermo y se reúnen los ancianos a orar con fe, ungiendo con aceite en el nombre del Señor, haciendo tal oración de fe, no solamente será sanado físicamente, también será sanada su alma o, mejor dicho, el Señor salvará su alma, porque si hubo cometido pecado, será perdonado. No es que perdonemos los pecados por sí mismos, en cuanto salvar el alma del castigo eterno, porque solamente el Señor Jesús salva de esa condenación, pero sí tenemos autoridad por parte de Jesús para perdonar las faltas de los demás, el pecado [2], en el sentido que, si alguien viene y nos hiere, nos hace mal, nosotros perdonar y bendecir a esa persona, por eso dice en el versículo 16:

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.
 
Entonces, la oración de fe que habla el versículo 15, tiene que ver con una fe, de tal manera, que el Señor en su soberanía sane a esa persona, por medio de esa oración y también reconciliar a los demás, en perdonar y reconciliarnos como hermanos, perdonarnos entre nosotros, confesar nuestras faltas y orando entre nosotros para que nuestra alma sea salvada.

La obediencia por fe hace eficaz la oración

Es interesante, pero quiero hacer énfasis en el tema de la oración de fe, no es una oración cualquiera, no es común, porque implica las siguientes características, una de ellas es lo que continúa diciendo en la última parte del versículo 16 de este capítulo 5 de Santiago:

(…) La oración eficaz del justo puede mucho.
 
Recordemos que la palabra en una parte dice: el justo por su fe vivirá [3]; también que: la fe sin obra es muerta [4]; por lo tanto, se nos insta a tener una fe viva que implica obediencia.

Abraham en la carta a los Hebreos capítulo 11 es puesto como ejemplo de fe, por su vida [5] y en Romanos capítulo 4 dice algo interesante de él: "Creyó y le fue contado por justicia" [6]; y también en Salmos capítulo 91:1, hay una promesa:

El que habita al abrigo del Altísimo. Morará bajo la sombra del Omnipotente.
 
Es una promesa condicional a habitar bajo al abrigo del Altísimo, ese "habita" implica obediencia a los mandamientos de Jesús y es por fe.

En el nuevo pacto, por ejemplo, todo aquel que cree en el Señor Jesús, se añade a ese pacto y es por la fe justificado ante el Padre, por la fe en Jesucristo [7], y como la fe es viva, tiene obediencia a los mandamientos de Dios, porque también, en otra parte de la escritura dice: no todo aquel que diga: Señor, Señor, entrara al reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos [8]; y es por fe, pero si desobedecemos y oramos, la oración ya no sería eficaz, sería “la oración ineficaz del injusto que no puede nada”. 

Interesante o ¿no?

Entonces, si obedecemos y oramos, nuestra oración tendrá más eficacia y la oración de fe implica orar eficazmente, porque quien hace esa oración es alguien que obedece la palabra de Dios, anda en el Espíritu, manifiesta fruto del Espíritu y no se deja gobernar habitualmente por el poder del pecado, lo que nosotros debiéramos anhelar, si bien, no somos impecables, porque si decimos no tener pecado, somos mentirosos [9], porque pecamos todos los días, pues, somos imperfectos, pero se nos manda a no practicar el pecado [10], no vivir conforme a las obras de la carne [11], que es diferente, porque eso ya implica apostasía [12].

Fervor en la oración

Y también, podemos observar en el versículo 17 la segunda y otra implicación que da más luz en cuanto a la oración de fe que aparece en el versículo 15, entonces, leemos el versículo 17:

Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
 
Versículo 18:

Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
 
Aquí relata que la oración de Elías se cumplió, ¿Por qué? Porque pidió y oró fervientemente, tiene que ver con la oración eficaz del justo que escribió el mismo autor, Santiago.

¿Qué es fervor?

Se puede decir que fervor vendría siendo como una "pasión profunda", en este caso, a lo sagrado, a Dios, un sentimiento de respeto que implica entrega a algo, pasión por orar, pasión para que tal persona sea salvada, pasión para que el Señor haga algo, implica una oración eficaz y una oración de fe.

¿Cuántos oramos fervientemente?

Imaginemos, por ejemplo, somos como una tetera hirviendo en la oración y está en su punto máximo de hervir, y sale vapor, pero en cuanto a que el Señor haga su voluntad. Eso vendría siendo una analogía de fervor y debiéramos orar de esa manera, quizás no de manera generalizada, también reconocer que no tenemos o no estamos con el mismo estado de ánimo, pero es bíblico orar fervientemente y no es mero sensacionalismo o sentimentalismo.

Entonces, podemos resumir hasta el momento que la oración de fe es capaz de sanar al enfermo, pues Dios es quien se mueve o se manifiesta para que la persona pueda ser sanada por medio de esta oración, también, reconciliar con Dios mismo, reconciliar entre hermanos para sanar el alma y salvarnos también, para continuar siendo salvos, porque incluye confesión de pecados.

También, que esa oración eficaz, cuando la persona es justa, cuando obedece los mandamientos de Dios, es reverente, por lo tanto, implica, si es posible, una obediencia previa antes de orar, no vivir habitualmente en la carne.

Y también, implica orar fervientemente.

Incluir tres características en nuestra oración

Imaginemos esos tres ingredientes añadidos a la oración y recordar que el Señor nos insta a pedir con fe [13], de tal manera que, si tenemos esa fe y le decimos a este monte: pásate de aquí hacia allá; y el monte se pasará de aquí hacia allá [14]. Obviamente no tengo el "don milagroso de la fe", por así decir, pero si usted lo tiene, le motivo a orar así, y si no tenemos ese don también, porque igual sirve. No me voy a afligir si no se llega a cumplir [una petición de sanidad, pues eso lo verá Dios], pero confío y a usted le invito a confiar en la soberanía de Dios, y en su perfecta voluntad.

Interesante, ¿No?

Conclusión

Así que, dejo esta reflexión y dejaré las siguientes preguntas:

¿Todavía somos hombres de poca fe? ¿Qué esperamos para incluir fe en nuestra oración? ¿Obedecer y que nuestra oración sea eficaz?

Y añadir fervor, a tal punto, de decir:

Señor, salva a esta persona, en el nombre de Jesús. Señor, sana a mi tía. Señor, sana y perdona a esa persona, porque no sabe lo que hace. Señor, haz algo y aviva nuestro espíritu. Ayúdame a amar la escritura y sea un deleite. La oración sea un deleite. Andar en el Espíritu sea un deleite.

Que el Señor les bendiga hermanos y les saludo en la paz del Señor Jesucristo. Amén.

Notas:
[1] Ungir con aceite no sana por sí mismo, es más un simbolismo de salud, pero, no debiera convertirse en un “fetiche religioso”, es decir, no se debe atribuir poder místico y también está la libertad de tomar esa orden literalmente o no al momento de hacer esa oración, lo que hace efectiva la sanidad es Dios por medio de la “oración de fe”, es el Espíritu de Dios operando, por eso, la importancia de la fe, sin ella, no sirve la oración, ni ungir con aceite.
[2] cf. Lucas 6:37.
[3] cf. Hebreos 10:38.
[4] cf. Santiago 2:17.
[5] cf. Hebreos 11:8-19.
[6] cf. Romanos 4:3.
[7] cf. ibíd. 5:1.
[8] cf. Mateo 7:21.
[9] cf. 1 Juan 1:8, 10.
[10] cf. ibíd. 3:8-9.
[11] cf. Gálatas 5:16, 19-21.
[12] Apostasía significa: desertar de la fe.
[13] cf. Mateo 21:22.
[14] cf. ibíd. v. 21.

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios