La obediencia es una de las cosas que a Dios le agrada, pero si tenemos buenas intenciones y no es conforme a su voluntad, no será agradable, entonces, se podría decir: "La obediencia es más importante que las mejores de las intenciones". Por otro lado, por muy doctrina correcta que sepamos y sin actitudes espirituales, como la humildad, la misericordia, entre otras, eso nos hará hipócritas y tampoco agradamos a Dios. Es necesario saber lo que agrada a Dios, su carácter, sus condiciones y promesas, por medio de su palabra y por nuestras oraciones, y cuando obedecemos de acuerdo a su voluntad, él manifestará sus promesas y bendiciones en nuestra vida, así, evitaremos muchas malas consecuencias.
Entonces, veremos lo que agrada y exige Dios de nosotros.
La obediencia con fe y amor agrada a Dios
Algunas definiciones
La escritura dice de la fe lo siguiente:"La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).
El diccionario de la lengua española en su primera acepción define certeza de esta manera: "Conocimiento seguro y claro de algo".1 También, confianza en su primera definición de esta manera: "Esperanza firme que se tiene de alguien o algo".2 Y, por último, entender en su séptimo significado de esta manera: "Creer, pensar, juzgar".3
Entonces, si continuamos leyendo Hebreos 11, encontraremos lo siguiente:
"Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles." (v. 3).
Entonces, por medio de la fe nosotros entendemos, discernimos, evaluamos y confiamos, en este caso, en el Dios creador y en las sagradas escrituras.
Respecto a la fe y a la humildad
Lo primero que Dios quiere, es que le crean. La fe es la base de nuestras obras y está fundamentada en Cristo, no en sí misma, tampoco en nuestra familia, ni en anhelos personales, porque es necesario vivir obedeciendo por fe para agradar, pues si no creemos, entonces, ¿cómo obedecemos?
Lo segundo, los demonios creen en Dios, pero voluntariamente no obedecen y temen, porque les vendrá juicio, también, las personas sin Cristo, creen en ídolos, en una especie de "Jesús hecho de madera", en un "Jesús solo de amor", en otras religiones, en estatuas, en ellos mismos, en Dios a su manera, pero no obedecen los mandamientos verdaderos de Dios, porque obedecen a sus pecados, esto manifiesta que, sus creencias están erradas, no salvan y si dicen creer en el Dios de la biblia, entonces, es una creencia muerta, solo que comprende algo de intelecto y tienen un punto en común con la creencia de los demonios, esto es, no obedecer a Dios, según el siguiente pasaje en Santiago y su contexto:
La fe comprende: la creencia, la esperanza, la convicción, las actitudes y pasa a ser plena, viva, completa o perfeccionada (Santiago 2:22), cuando es obrada en decisión de corazón. Por eso, es necesario creer de verdad en Dios y se demostrará cuando obedecemos su palabra.
Puede leer todo el libro de Santiago, recomendado.
El orgullo en una persona se evidencia en gloriarse a sí mismo, ponerse por encima de Dios con su "autosuficiencia", como si no necesitara de él. Generalmente, piensa en sí mismo, producto de su egoísmo y que el mundo gira a su alrededor, muy propenso a no recibir corrección, por lo tanto, no obedece a Dios porque anda muerto en sus pecados. Por esta causa, el orgullo es un gran obstáculo y se opone directamente a la fe, pero el justo (por fe en Cristo) vivirá su fe y la pondrá por obra, en consecuencia, obedecerá a Dios, es más, si es necesario humillarse, lo hará, a fin de agradar al Señor:
Si no tenemos verdadera fe, no actuaremos en espíritu y en verdad, por eso, sin fe es imposible agradar a Dios, porque no obedeceremos sus mandamientos:
Lo segundo, los demonios creen en Dios, pero voluntariamente no obedecen y temen, porque les vendrá juicio, también, las personas sin Cristo, creen en ídolos, en una especie de "Jesús hecho de madera", en un "Jesús solo de amor", en otras religiones, en estatuas, en ellos mismos, en Dios a su manera, pero no obedecen los mandamientos verdaderos de Dios, porque obedecen a sus pecados, esto manifiesta que, sus creencias están erradas, no salvan y si dicen creer en el Dios de la biblia, entonces, es una creencia muerta, solo que comprende algo de intelecto y tienen un punto en común con la creencia de los demonios, esto es, no obedecer a Dios, según el siguiente pasaje en Santiago y su contexto:
"Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan." (2:19).
La fe comprende: la creencia, la esperanza, la convicción, las actitudes y pasa a ser plena, viva, completa o perfeccionada (Santiago 2:22), cuando es obrada en decisión de corazón. Por eso, es necesario creer de verdad en Dios y se demostrará cuando obedecemos su palabra.
Puede leer todo el libro de Santiago, recomendado.
El orgullo en una persona se evidencia en gloriarse a sí mismo, ponerse por encima de Dios con su "autosuficiencia", como si no necesitara de él. Generalmente, piensa en sí mismo, producto de su egoísmo y que el mundo gira a su alrededor, muy propenso a no recibir corrección, por lo tanto, no obedece a Dios porque anda muerto en sus pecados. Por esta causa, el orgullo es un gran obstáculo y se opone directamente a la fe, pero el justo (por fe en Cristo) vivirá su fe y la pondrá por obra, en consecuencia, obedecerá a Dios, es más, si es necesario humillarse, lo hará, a fin de agradar al Señor:
"He aquí el orgulloso: en él, su alma no es recta, mas el justo por su fe vivirá." (Habacuc 2:4).
Si no tenemos verdadera fe, no actuaremos en espíritu y en verdad, por eso, sin fe es imposible agradar a Dios, porque no obedeceremos sus mandamientos:
"Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan" (Hebreos 11:6).
Respecto a la comunión y a la justicia
Dios anhela una relación personal y continua con nosotros, también que seamos rectos, en espíritu, en verdad y así, seamos íntimos de él:Así dice el SEÑOR: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el SEÑOR que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco—declara el SEÑOR. (Jeremías 9:23-24).
Respecto a la disciplina
Él quiere disciplinarnos, porque por amor disciplina a todo aquel que recibe por hijo, con el propósito de capacitarnos y a la vez, evitar que pongamos la mirada en cosas corruptibles y, en deseos desenfrenados y pasajeros de este mundo:"PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO." (Hebreos 12:6).
Respecto a la adoración
Él no quiere ser una opción, sino la única y es radical en este punto, celoso con nosotros, por eso, manda a deshacernos de nuestros ídolos, tanto materiales como inmateriales y que solo sirvamos a él en temor, fidelidad e integridad:"Ahora pues, temed al SEÑOR y servidle con integridad y con fidelidad; quitad los dioses que vuestros padres sirvieron al otro lado del río y en Egipto, y servid al SEÑOR." (Josué 24:14).
Y, quiere que por fe adoremos verdaderamente, es decir, de corazón, con rectitud, con actitud de respeto, humillación, reverencia y de forma constante en donde sea que nos desenvolvamos:
"Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad" (Juan 4:24).
Que cantemos y adoremos en todo momento, sin ofensas contra alguien, de manera santa y temiendo su ser, también, proclamando su santo nombre:
Cantad al SEÑOR un cántico nuevo; cantad al SEÑOR, toda la tierra. Cantad al SEÑOR, bendecid su nombre; proclamad de día en día las buenas nuevas de su salvación. Contad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos (…) Adorad al SEÑOR en vestiduras santas; temblad ante su presencia, toda la tierra. (Salmos 96:1-3, 9).
Respecto a su carácter
a. Santidad plenaÉl quiere que seamos santos, que significa apartados de la contaminación de pecados, en toda nuestra manera de vivir:
"Sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO" (1 Pedro 1:15-16).
b. Humildad plena
Jesús quiere que aprendan de él y de su carácter, para que descanse nuestra alma y tengamos libre conciencia ante Dios, ante los demás y una conciencia limpia, con la condición de someternos a él:
"Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS" (Mateo 11:29).
c. Misericordia plena
Ser misericordiosos, porque brindó su misericordia para con la humanidad:
"Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso." (Lucas 6:36).
Y, quiere que sirvamos con todo nuestro ser, es decir, con integridad de todo corazón, en temor santo:
"Solamente temed al SEÑOR y servidle en verdad con todo vuestro corazón; pues habéis visto cuán grandes cosas ha hecho por vosotros" (1 Samuel 12:24).
d. Amor pleno
Lo que más quiere, es ser amado:
Jesús respondió: El más importante es: “ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO DIOS, EL SEÑOR UNO ES; Y AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA.” El segundo es éste: “AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.” No hay otro mandamiento mayor que éstos. (Marcos 12:29-31).
Respecto a la perfección
Esto, como resultado hará que "seamos perfectos", pues esta perfección consiste en, obedecer con amor en toda buena obra para el prójimo, es decir, cuando obedecemos con la base al amor:
"Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto." (Mateo 5:48).
Y este amor, se demuestra ayudando al prójimo, porque esta es la clase de perfección que busca Jesús en todo aquel que realmente viva para Dios y no por las riquezas:
"Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme" (Mateo 19:21).
Y bueno, hay muchos versículos, pero eso ya es tarea de cada uno por buscar, por lo que, recomiendo que estudie Hebreos 11.
Fundamento de la obediencia
La obediencia, a pesar que conlleva uso de emociones y sentimientos, no es fundamentada en emociones o en sentimientos carnales, sino por convicción o conocer (Hebreos: 11:1). Toda nuestra obediencia debe estar fundamentada en la fe, creyendo en la persona de Cristo Jesús como centro, porque el sacrificio de Jesús, es decir, en la obra de Jesús que ha sido aceptada por nuestro Padre, es perfecta y sin pecado. Si nuestra obediencia está fundamentada en otra cosa que no sea en la fe, en la persona de Cristo y su palabra, entonces, es una fe desviada, puede ser tanto, emocionalista, sentimentalista, sensacionalista, racionalista, legalista, avariciosa, idolátrica, vana y en su culminación, llevará a la apostasía que implica condenación.A modo de considerar, la obediencia al Padre no es ciega4 en sí misma, pues, Dios no es un tirano, tampoco un déspota que hace las cosas sin confirmación, por algo, el Espíritu inspiró a hombres para escribir las sagradas escrituras, así, dejar testimonio de su grandiosa obra y poder, sin embargo, tampoco esperemos entender antes de obedecer, porque nuestra fe no es por intelectualismo5 o por racionalismo6, por así decir, aunque sí usa la razón7, pero en su correcta medida.
El ser humano es limitado en su entendimiento y no es Omnisciente como Dios, entonces, es mejor obedecer que “entender no obedeciendo”. Detrás de cada mandamiento hay un beneficio y detrás de cada desobediencia hay malas consecuencias.
Promesas y bendiciones
Tenemos ventajas al ser hijos de Dios (Juan 1:13), al momento de ejercer fe en Jesús (versículo 12), entonces, como hijos del Padre, también, promesas como herederos, esto es causa de gozo, un agradecimiento absoluto y eterno para con él.La fe es el requisito
Hay muchas promesas, como la vida eterna junto a Cristo:"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Verdadero descanso de nuestra alma:
"Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS" (Mateo 11:29).
Y, muchas otras promesas, muy hermosas, pero todo esto requiere fe.
La verdadera fe consiste impulsarnos a actuar, por lo tanto, cuando por gracia de Dios ejercemos verdadera fe en Jesús, esto implica, realizar obediencia junto con ese verdadero amor, un amor incondicional y no se fundamenta en sentimientos en sí, sino en determinación y decisión, que conlleva, a la acción incondicional de obediencia, además, nos hace perfectos ante el Padre.
El verdadero amor llevó a Jesús a morir por cada pecador en la cruz:
"Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).
Para que, con su sangre, todo aquel que venga a él con fe sincera (o de corazón) y arrepentido, tenga remisión de pecados, por más que Jesús pidió a su Padre que, pasara de él esta copa, haciendo entender que, en su humanidad, no quería sufrir, pero siendo fortalecido en la oración, también señaló "no como quisiera", sino como el Padre lo había determinado, así demostró que, fue impulsado no tanto por un amor sentimental, sino sacrificial y de acuerdo a la perfecta voluntad de nuestro Padre:
"Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si ésta no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad" (Mateo 26:42).
Entonces, de la misma manera, por amor sacrificial o entrega absoluta, tenemos que proceder sinceramente, para que el Señor sea edificándonos, como habrán leído anteriormente, la obediencia agrada al Señor si es con fe y amor.
La condición y el cumplimiento
Las promesas vienen de parte de Dios y se cumplen en nuestras vidas, cuando obedecemos por la fe, orando, buscando y procurando permanecer en las cosas espirituales, como santidad:"A fin de que El afirme vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos" (1 Tesalonicenses 3:13).
"Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Hebreos 12:14).
Llanura:
"Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor" (Efesios 5:18-19).
Escudriñar:
"Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:39).
Discernir:
"Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente" (1 Corintios 2:14).
Negarnos a nosotros mismos:
"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame." (Mateo 16:24).
Guiados para edificar el cuerpo de Cristo:
"A fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12).
"Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras." (Hebreos 10:24).
Estando firmes en esa esperanza bendita, con la fortaleza que encontramos en Cristo:
"Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió" (v. 23)
"Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza" (Efesios 6:10).
Entre otros. Por supuesto, todo al tiempo de Dios y cuando quiera, porque nosotros no mandamos al Señor, sino él a nosotros, además, expuse anteriormente algunos aspectos del carácter de Dios y lo que anhela de su pueblo.
La obediencia y una aclaración
Por un lado, Dios manifiesta bendiciones en nuestra vida siempre y cuando realicemos su voluntad, esto, no por méritos propios, porque son como trapos de inmundicias (Isaías 64:6), sino por medio de la fe en los méritos perfectos de Cristo, como se expuso en la “Introducción”. Un ejemplo de bendición está en Salmos 91:1 RV1960, y dice:"El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente".
Esta palabra "habita" da una idea clara de habituar, vivir en comunión, relación, dependencia, confianza absoluta, obediencia y son consecuencias de creer verdaderamente en el Señor, sin fe no se estaría confiando en Dios, por más que, declaremos o recitemos una especie de "mantra chamánico y esotérico de decretos egoístas" o nos mentalicemos diciendo: ¡Soy bendecido, declaro bendición, dale dinero a Dios y te lo multiplicará mil veces!, entre otras palabrerías y por ende, no estaríamos agradando al Señor (Hebreos 11:6), no estaríamos habitando bajo su abrigo y descansando en él, ni morando bajo su sombra y por esto, viviríamos en desilusiones, a merced engañadores y falsas enseñanzas, viendo derrotadamente.
También, observemos cómo traduce este verso la Nueva Traducción Viviente, miren:
"Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso."
Los que viven, porque creen y confían de verdad en el Señor, tienen esa fe que se vive día a día, por eso viven al amparo del Señor descansando en sus promesas, poniendo por obra los mandamientos del Señor y son bendecidos, en este caso, seriamos protegidos verdaderamente.
Por otro lado, es falso creer que seremos bendecidos mágicamente, porque lo dice un brujo disfrazado de apóstol, como dicen falsos pastores y apóstoles de este tiempo, por ejemplo: "Este próximo año serás bendecido porque el Apóstol lo decreta en el nombre de Jesús, para que seas prosperado pacta tu semilla o tu carro con el profeta" o que cuando se "decreta, ordena o se declara" por arte de magia, se cumplirán esos caprichos y así, muchos cuentos más, pero sin contemplar y, realizar la voluntad de Dios por fe en Cristo y en su escritura, sin negarse a deseos pecaminosos o negar ayudar a los demás, por ende, una falsa bendición, una distracción del diablo para desviarnos del blanco perfecto, esto es, de Cristo Jesús.
Muchos de estos pseudo apóstoles y profetas, enseñan esa famosa teología de la prosperidad, y consiste en prosperidad financiera, pactos, siembras, decretos, superfe o palabra de fe, manipulación, materialismo, entre otros elementos. Recordemos que, el Señor Jesús dijo algo al respecto:
"Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mateo 6:24).
Y, el apóstol Pablo a Timoteo:
"Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores" (1 Timoteo 6:10).
Nuestro Padre nos bendijo en tiempo pasado con toda bendición espiritual, por medio de Jesús en los lugares celestiales:
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efesios 1:3).
Entonces, es importante no enfatizar en ellas, sino en amar a Jesús, confiar no tanto en sus promesas, sino en su carácter, en su ser, sirviendo de corazón, además de estar anhelando al Señor. Dándonos cuenta, obedecer es parte muy importante para Dios y así, también para nosotros.
Conclusión
Obedecer es lo que cuesta en la vida cristiana, no porque a Dios le cueste, más bien, por nuestra condición humana, el cual, es sensible a pasiones desordenadas, a la influencia del mundo y al poder del diablo, por lo tanto, no confiemos nunca en nosotros mismos y con mayor razón, debemos rendirnos a los pies de Cristo y practicar las disciplinas espirituales. La santidad es un anhelo que debemos vivir y en vez de hacer promesas a Dios que no cumpliremos, mejor es descansar en él y en sus promesas escritas en la biblia. Siempre en la obediencia con amor hay bendición.Además, esto nos enseña anhelar a Cristo formado en nuestras vidas, anhelar mucho agradar nuestro Padre y no hagamos las cosas a nuestra manera, como esas personas o gurús que decretan o profetizan y se autoproclaman profetas o apóstoles, más bien, hagamos lo que Dios nos reveló en la escritura, esto es a su manera. ¡Dios ayúdanos a obedecer!
[Actualizado el 8 de abril de 2021].
Notas:
1 Diccionario de la lengua española, s.v. “Certeza”, consultado el 4 de abril de 2021, https://dle.rae.es/certeza .
2 Diccionario de la lengua, s.v. “Confianza”, consultado el 4 de abril de 2021, https://dle.rae.es/confianza .
3 Diccionario de la lengua, s.v. “Entender”, consultado el 4 de abril de 2021, https://dle.rae.es/entender .
4 Nuestra fe no es ciega, en el sentido de, creer sin razonar, sin evidencia o sin esperanza. La fe va más allá de la razón, pero no la descarta completamente, sino que, se complementan en sus justas medidas. Diferencia de la fe ciega, la cual, cree sin comprobar, razonar y cualquier tirano, o ideología, doctrina, movimiento político o religioso. Es típico del fanatismo en diferentes expresiones. Lectura recomendada en: http://veritasfidei.org/es-ciega-la-fe-cristiana/ .
5 Intelectualismo excluyente: En el sentido de analizar todo solamente de forma intelectual o teórica, contraponiendo la fe, lo sentimental, poniendo lo intelectual como única autoridad o base de la verdad, desechando la esperanza o lo milagroso a priori.
6 Racionalismo: como extremo de contraponer la razón con la fe, poner la razón como única autoridad de la verdad, descartando completamente la fe, los milagros, la esperanza o lo inmaterial.
7 Razón: No es contraria a la fe, más bien, implica parte de ella, así como, la fe también implica parte de la razón en su justa medida, aunque, la fe está por encima de la razón. Lectura recomendada en: http://www.pensamientocristiano.com/Mes/200108.shtml .
Fuente:
Ñancucheo Víctor. "Fe, obediencia y promesas de Dios". En Estudios Básicos ed.2, 19.24. Santiago: 2021. Edición en PDF.