Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. (Sofonías 3:12 RVR1960)
Descripción contextual
Este versículo es parte de una profecía del profeta Sofonías, que describe una promesa por parte de Dios a Jerusalén, nombró cualidades como humildad y pobreza, que este pueblo es quien confiaría en él. El Señor por medio de Sofonías en estos textos proféticos reprendió con un "ay" a Jerusalén por sus rebeldías, por sus falsos ministros, falsos profetas y engañosos, devoradores del rebaño (vv.1-4, 7), habló sobre sus juicios y su poder contra las naciones (vv.6, 8), pero también que en esos tiempos daría a los pueblos "labios puros", para invocar su nombre (v.9), a todos los dispersos, a todos sus adoradores (v.10), y en medio de su profecía habló sobre que su pueblo no se avergonzaría más de sus maldades, que dejaría a un pueblo humilde en medio de su pueblo, porque el Señor dejaría un remanente justo, verdadero y que estarán confiados en él (vv.11-13). Añadir que estos son textos proféticos donde su contexto es en medio de tanta idolatría en toda la tierra, en toda nación, tanta rebeldía aún por Jerusalén en ese entonces, antes de este capítulo 3, el Señor habló del día de su ira (1:7), pero que el Señor pese a la rebeldía de su pueblo, todavía tiene misericordia.Análisis contextualizado a nuestras vidas
Es muy interesante la descripción del versículo base (v.13), es para tomar atención las características de aquel pueblo que confía en el Señor, que es "humilde y pobre", lo cual, podemos entender que estas son partes de las características que al Señor le agradan. Aunque no nos demos cuenta, estamos viviendo en una situación similar a ese entonces, pero que ahora en medio de la iglesia del Señor hay falsos apóstoles, la moda de andarse llamando "profeta", "pastores evangelistas", "el ungido", el "siervo" como si fuese una especie de magisterio (liderazgo soberbio y autoritativo) y no un ministerio (un servicio, un hermano que guía con el ejemplo de servidor y que no busca llamar la atención ni se complace en ser autoritario) gente que se autodenomina "querubín", anticristos liberales "ex fundas", judaizantes, falsos "sana doctrina", salmistas codiciosos, que se aprovechan de la fe para hacer negocios, para engañarnos, para que dejemos el camino del Señor, para así conformarnos a este mundo, a su corriente de pecados, a sus modas, al sensacionalismo y a la idolatría, para así ser enjuiciados por Dios a la condenación en el día de su ira. También que nosotros nos rebelamos sin darnos cuenta, andamos como la Jerusalén impía en su tiempo, rebeldes contra el Señor y una de las cosas que él más quiere es que seamos un "pueblo humilde", con una actitud de dependencia hacia él, contrario a nuestras rebeldías, a nuestras terquedades, a nuestra falta de fe, contrario a estar persistiendo en el pecado, estamos fuertes en nuestra propia voluntad, nos erigimos como si fuésemos los únicos soberanos ante los demás, estamos tal vez fortalecidos pero por Satanás para andar pecando y ni siquiera discernimos tal situación, en vez de ser "pobres" de espíritu (Mateo 5:3) y ser bienaventurados, porque esto agrada al Señor, cuando no andamos conforme a nuestras fuerzas sino en la fuerza del Espíritu (Zacarías 4:6) para andar en esta vida y vivir para Dios, cuando nos negamos a nosotros mismos (Mateo 16:24), humillándonos totalmente ante nuestro Padre celestial, bajo su poderosa mano (1 Pedro 5:6) diariamente. El Señor aún tiene misericordia y hoy está recordando que él daría "labios puros", pero que muchas veces con nuestras palabras hacemos tropezar a la hermandad, no puede ser que nos comportemos como falsos ministros, que hablan de bendición, de "prosperidad", de "santidad externa", de "sendas antiguas", pero cuando los reprendes empiezan a mentir tratando de "canalla" de "mal nacido", o peor aún, andar justificando como "agradable a Dios" su agresión como "escupos ungidos" o "botellazos o patadas ungidas" a un hermano que es parte del cuerpo de Cristo, porque así muchos andan ahora, iguales que los falsos profetas en el tiempo de Sofonías, como devoradores, pero que devoran agrediendo a un hermano (porque quien lo hace es mas bien falso cristiano) como matones, o somos cómplices de ellos, como atalayas mudos o en definitiva hacemos estas cosas y creemos equivocadamente que esto le agrada a Dios, olvidándonos de un mandamiento esencial, que es el centro de nuestra fe, olvidándonos de lo siguiente: "... Amaras a tu projimo como a ti mismo." (Mateo 22:38), ahora ¿nosotros reflejamos pureza en nuestro hablar o devoramos a nuestro prójimo con nuestra mala palabra, con nuestra boca sucia o con nuestras agresiones? entonces, a pesar de eso el Señor tiene misericordia y esta es nuestra oportunidad de enmendar el error, él quiere hacer volver al pueblo, él sigue dando labios puros, pero nosotros debemos rendirnos a él, esto es por su gracia, si él dice que lo da y también son adoradores de él, entonces comencemos por adorarle en donde sea, para que él limpie nuestra boca y así todo nuestro caminar. Por último, ¿todavía no tenemos la suficiente confianza en el nombre del Señor?, la confianza está inherentemente relacionada a que seamos humildes y pobres ante Dios, que seamos humildes, reconociendo nuestras fallas y que el grandioso es Dios por sobre todo, pobres como alguien necesitado de las cosas básicas, pero en que necesitamos de Cristo, del poder del Espíritu, de la palabra, que estamos hambreados de Dios en nuestra comunión personal, en nuestra adoración pública, estas son algunas características de quien realmente confía en Dios, la humildad y la pobreza, como también quien confía realmente en Dios es una característica de quien es humilde y pobre, de alguien que agrada a Dios, estas son características del remanente y como iglesia del Señor somos partes de este remanente por medio de la fe en Cristo (Efesios 2:14) y que es nuestro deber y que también debiera ser nuestro deleite el no hacer injusticia, en no andar de mentirosos, sino en confiar, en ser humildes, y pobres, necesitados de Dios, adorando en espíritu y en verdad (Juan 4:24), entonces ¿somos como los falsos maestros de estos tiempos, somos como los falsos profetas en los tiempos de Sofonías o somos verdaderos adoradores, que nos comportamos como el remanente de Dios? ¿somos rebeldes como la Jerusalén en su impiedad, como las falsas iglesias actuales o somos ese pueblo que se conduce con humildad y sencillez ante Dios?
Aplicación
Las exhortaciones correspondientes de acuerdo a lo desarrollado:
- Cuidémonos de los falsos profetas, de los engañadores de estos tiempos como lo advierte 2 Pedro 2, todo el capitulo y no seamos cómplices de sus impiedades, desistamos con la idea de andar buscando fama con títulos altisonantes como "yo soy apóstol, yo soy querubín, soy judío, soy del concilio super internacional de la senda antigua", entre otras falsedades, para no conformarnos a este mundo.
- No nos rebelemos a Dios, no seamos devoradores como los falsos profetas, los príncipes y los sacerdotes corruptos de Jerusalén en los tiempos de Sofonías (Sofonías 3:1-4), no persistamos en nuestra maldad, no hagamos oídos sordos a la voz de Dios y por amor a Dios, a nuestro prójimo, respetarlos y no agredirlos, no devorarlos.
- Adoremos a Dios para ser hombres de labios puros, siendo humildes y pobres en espíritu, necesitados de Cristo, de su gracia y de su misericordia, apasionados en la santificación de nuestro corazón.
- Que el hacer justicia y lo verdadero sea nuestro deleite ante el Señor, que realmente nos comportemos como el remanente que a Dios le agrada.
Conclusión
El Señor es bueno porque proveyó a Cristo para que nosotros seamos parte de ese remanente, pero si hemos pecado, si todavía no podemos controlar nuestra lengua, si hablamos por hablar y no nos damos cuenta, entonces rindámonos a los pies de Jesús, humillémonos totalmente ante nuestro Padre por cualquier pecado que hemos cometido y él nos ayudará a andar como realmente se comporta su remanente, como Jesús se comportó, en humildad y sencillez. Confiemos mostrando humildad y sencillez, pobreza en nuestra fuerza para ser ricos espiritualmente y la obediencia.