Temer a Dios y obedecer debe ser nuestra finalidad

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El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:13-14 RVR1960)

Contexto general y del pasaje

Salomón, el autor del libro de Eclesiastés habló principalmente que todo lo que hace el ser humano es una ilusión, son cosas pasajeras y rutinas repetitivas, que hay pesares y la conclusión es lo citado anteriormente. Estos versículos o versos es el resultado de toda una argumentación de sabiduría, de experiencias, realidades, consejos, exhortaciones y amonestaciones con respecto a la vida del ser humano. Que el joven se alegre en su juventud y que puede hacer lo que quiera prácticamente, pero advierte que Dios juzgará todo (11:9), por eso prosigue con amonestación de apartarse del pecado, apartar el enojo de nuestro corazón y el mal de nuestra vida (v.10), exhortó a acordarse de Dios en su juventud para encontrar contentamiento y no por así decir "andarse quejado" por lo días malos que puede llegar a vivir, por desperdiciar su tiempo, porque el hombre es polvo y por eso la vida presente es vanidad (12:1-8), después declaró sobre la sabiduría del predicador, que enseñó, compuso sus obras, registró su sabiduría con sus mejores palabras (vv.9-10), también las palabras de los sabios prácticamente son firmes, como "aguijones" que advierten (v.11), pero que al final no sirve de nada tantas palabras o que no hay necesidad de tanto libro, porque estudiar muchos realmente cansa, concluyendo con el pasaje primeramente citado: "... Teme a Dios, y guarda sus mandamientos..." (v.13), y su justo juicio (v.14), porque esto es lo que prevalece, la obediencia más que todo un discurso, esto es el todo del ser humano.

Contextualización

Todos nosotros sabemos de alguna manera que el ser humano es pasajero, que el tiempo es preciado, mas si tiene que ver o tuvo que ver con nuestra juventud. Nosotros podemos hacer lo que queramos, podemos parrandear, podemos tener muchas riquezas, podemos satisfacer nuestros deleites más lujuriosos de nuestro corazón, podemos ser creyentes y todavía estar rindiendo nuestras vidas al pecado, pero la realidad es que el Señor juzgará todo lo que hacemos en el día de su justo juicio, entonces esta es advertencia, gran advertencia por lo demás para nuestras vidas, porque también está escrito: "Todo es lícito, pero no todo es de provecho. Todo es lícito, pero no todo edifica." (1 Corintios 10:23), o sea, aún en nuestra libertad en Cristo podemos hacer lo que queramos, pero ¿realmente nos edifica? ¿realmente agradamos a nuestro Dios o solo usamos la libertad como pretexto para nuestra desobediencia? y también está escrito lo siguiente, que Dios nos juzgará severamente por causa de nuestro corazón no arrepentido: "Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios". (Romanos 2:5), una gran advertencia ¿no?, entonces a considerarla seriamente en nuestras vidas, por eso es necesario apartarnos de todos estos pecados, sobre todo si estamos en nuestra juventud, donde más se manifiesta en nuestro corazón las tendencias sexuales y la ira, la impiedad, donde mas somos acechados por la lujuria y los pecados sexuales, basta con ver como se prolifera en nuestras sociedades la inmoralidad sexual y todo tipo de pecados como algo "normal", la pedofilia, la homosexualidad, el adulterio, las drogas, etc, que de igual manera nos afecta e induce de alguna manera a nuestro corazón para seguir estas corrientes del mundo. Nuestro tiempo no lo desperdiciemos dedicándonos a estas corrientes, no lo desperdiciemos en la maldad, en los placeres pecaminosos, en la amargura de nuestro trabajo, temamos a las advertencias de Dios para nuestras vidas y aprovechemos bien nuestra juventud, haciendo el bien, vivir para Dios, redimamos nuestro tiempo dedicándonos a las cosas espirituales: "aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." (Efesios 5:16), porque no sabemos cuando moriremos, nuestra vida presente es una ilusión ante la eternidad de nuestro Señor, en un parpadeo nuestra vida se puede extinguir del escenario de esta tierra y después viene el juicio. Hay muchas palabras de aliento, hay muchas razones para vivir una vida sabia, en nuestras congregación puede haber un predicador excelente, que pueda dominar la homilética, las doctrinas, la historia y puede ser lleno de Espíritu al momento de predicar la palabra de Dios, pero ¿qué hacemos nosotros? O nosotros, podemos ser verdaderamente sabios, realmente podemos saber de filosofía, de alguna ciencia de sabiduría, podemos estar escribiendo sobre muchas cosas, pero en especial, lo que tenga que ver con el cristianismo, pero ¿obedecemos lo demás?, O pueden estar dando un gran discurso, podemos estar escuchando una prédica de aproximadamente una hora en Internet, pero ¿tememos al Señor, guardando sus mandamientos?, entonces ¿de qué sirve tanto conocimiento y tanta lectura, tanto libro, tantas prédicas si en lo demás fallamos?, es por eso que la conclusión de todo, para todo hombre, por más que se les aconseje, por más que se nos enseñe en esta vida pasajera, la conclusión de todo es "teme a Dios y guarda sus mandamientos" (Eclesiastés 12:13), no solo temer y no solamente guardar, sino las dos y todo lo que implica obedecer al Señor, porque al final de todo, él juzgará toda obra que hayamos hecho, lo encubierto también en nuestro corazón, sea bueno o malo. Y dejar en claro que el verdadero temor a Dios es el que nos conduce a la obediencia, un temor santo, que nos aparta del pecado.

Aplicación

Con respecto a lo explicado, entonces las siguientes consideraciones para aplicar en nuestras vidas:

  • Aprovechemos nuestra juventud, pero aprovechando bien nuestro tiempo en la santificación de nuestra alma (1 Tesalonicenses 5:23) y en todo lo que implique nuestra vivencia, apartándonos de la ira, de nuestro mal carácter y de nuestras pasiones juveniles, invocando al Señor de corazón (2 Timoteo 2:22).
  • Nuestra libertad en Cristo sea para él y no para nuestros deleites (Romanos 6:1-2), que nuestra libertad sea para edificación a nuestro prójimo principalmente (1 Corintios 10:24), una forma efectiva es negarse a sí mismo (Lucas 9:23), pero confiando en el poder del Señor (Efesios 6:10).
  • Atendamos a esta gran advertencia sobre el juicio de Dios (Eclesiastes 11:9; 12:14; Romanos 2:5), da lo mismo la posición soteriológica que tengamos, porque lo manda Dios y esto es lo que más importa.
  • Si hemos fallado, como muchas veces pecamos, entonces esta es una oportunidad de reconciliación (Romanos 5:1), porque el Señor es amplio en perdonar (Isaías 55:7) y más que dar o recibir discursos escritos o audibles, lo que más importa y el todo de nosotros en esta vida pasajera es "Temer al Señor y guardar sus mandamientos"(Eclesiates 12:14).

Conclusión

Entonces, después de esto, ¿seguiremos malgastando nuestra vida juvenil en cosas pasajeras y pecaminosas? porque todo en esta vida presente es pasajero, no sea que nos llegue la hora de nuestra muerte, quedemos sin Cristo por desobedientes y se nos juzgue para condenación. También, como se puede decir coloquialmente ¿de qué sirve tanta cháchara, tanta palabrería si no hacemos nada? o ¿para qué tanto rollo y no vamos al grano?, por supuesto, en nuestro actuar, para nuestra obediencia en lo posible a todo el consejo bíblico. O también, si nos esforzamos en buscar sabiduría ¿hacemos lo demás? ¿somos fieles aunque sea en lo mínimo para con Dios?

Que el Señor nos ayude en nuestra vida, para que aprovechemos bien nuestra juventud, para que nos recreemos en el bien, para que le temamos y guardemos sus mandamientos, eso es todo para nuestras vidas, que sea impulsado por su amor en nosotros, que pueda prevalecer ante Dios su buen juicio para con nosotros y no su juicio condenatorio por falta de arrepentimiento. Bendiciones en Cristo.

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