La oración. Velar y orar

Estudios bíblicos de oración cristiana por Víctor Ñancucheo

Audio Lectura:

Texto:

Velar es una practica fundamental

Hola, hermanos, les saludo en el amor del Señor. 

Comparto otra reflexión que se desarrollará y tiene que ver con el tema de la oración nuevamente.

El texto base se encuentra en Mateo 26:41 RVR1960 y dice así:

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Amen.

Jesús y el contraste entre la carne, y el espíritu

El texto es claro, tiene ver con la oración nuevamente, pero aquí pone un ingrediente, podría decirse, que es "velad" hablando de las tentaciones, el contraste que hay entre el espíritu y la carne.

Cuando uno se da cuenta del contexto inmediato o dicho de otra forma, el "contexto histórico", se refiere a Jesús antes de ser entregado para su crucifixión y si ustedes leen el capítulo completo o desde el versículo 36 en adelante, el Señor habla con sus discípulos, diciéndoles que velen y oren, y Jesús estaba tan angustiado en su humanidad, porque iba a ser crucificado, por lo que, pedía al Padre en el versículo 39, cuando dice:

Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

O sea, aquí describe un sometimiento, a pesar que en sus sentimientos humanos el Señor no quería ir, por el sufrimiento, por el peso que era saber que iba a sufrir en la cruz, pero, aun así, se sometió a la voluntad del Padre, ahí podemos ver una lucha, aunque Jesús no tenía naturaleza pecaminosa [1], pero sí podríamos decir que hay una lucha, en cuanto a nosotros, entre la carne y el espíritu. En Gálatas 5 aparece algo sobre "andar en el espíritu, para no satisfacer los deseos de la carne" [2], porque la carne se opone al espíritu y este a su vez, se opone a la carne y no se mezclan en ese sentido. Y después habla en el versículo 41:

Velad y orad.

Y dice por qué:

Para que no entréis en tentación.

¿Qué es una tentación?

La tentación es una prueba que induce al mal. Nosotros somos tentados por nuestra concupiscencia.

¿Qué es una concupiscencia?

Son pasiones, pasiones desordenadas, pero también es Satanás quien nos tienta, haciendo uso de nuestras necesidades [debilidades] o naturaleza pecaminosa, incluso, se atrevió a tentar al Señor Jesús y el Señor le dijo: "No tentarás al Señor tu Dios" [3]. Obviamente el Señor Jesús no tenía naturaleza pecaminosa por lo que entendemos, pero esto va hacia nosotros, que es importante velar y orar para que no entremos en tentación. Vuelvo a repetir, somos tentados por nuestras propias pasiones y también por los demonios, cuando vienen a susurrar a nuestros oídos para odiar alguien y también pecamos por nuestras pasiones, después da las características entre el espíritu y la carne, y un contraste:

El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Nuestra naturaleza pecaminosa es débil, está vendida al pecado, tiene, podría decirse, unos oídos aprestos fuertemente a escuchar los susurros de Satanás, para que nos rindamos al pecado, pero si no hubiese sido por la naturaleza del nuevo nacimiento que el Señor nos da al momento de creer en Jesús, el Hijo de Dios, estaríamos como los incrédulos, vendidos al pecado y cuando dice: "El espíritu a la verdad está dispuesto", nosotros tenemos un espíritu, el nuevo nacimiento, nacimiento de lo alto y cuando uno ora es porque el Señor pone en nuestro espíritu orar previamente, por eso, está dispuesto, porque tiene que ver con la voluntad de Dios, aunque aquí habla del espíritu del hombre, pero cuando uno es creyente, el Señor aviva nuestro espíritu, nos da el nuevo nacimiento y se acopla con el Espíritu de Dios, por eso está dispuesto a velar y esas cosas, pero nuestra carne es débil.

El cansancio, la debilidad humana y la venida del Señor

Ahora, también quisiera mencionar algo, porque nosotros como seres humanos nos cansamos, somos seres limitados y no necesariamente es malo, porque es lógico, pues, uno se cansa, tiene hambre y esas cosas, pero la naturaleza pecaminosa se aprovecha de ello, para que nosotros entremos en tentación, por eso es importante velar y orar.

En otras partes habla también sobre velar y orar, porque no sabemos cuándo viene el Señor, ese día, cuando será el día del Señor [4], pero es otro asunto, aunque sí ayuda velar y orar para eso también, para que nosotros mantengamos nuestras vestiduras espirituales limpias, obviamente no por nosotros mismos, sino por Cristo, porque el Señor Jesús es el Santo por excelencia, entonces, aquí va cierta pregunta hermanos:

¿Nos acordamos de velar en la oración?

Si leemos por ejemplo el versículo 43, dice:

Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.

Aquí, podemos entender hermanos que velar y orar no es sencillo, porque es como si fuese en contra de nuestro cansancio, podemos entender que aunque estemos cansados, aunque estemos débiles, debemos velar y orar, porque si no vamos a caer en tentación, el Señor incluso, les recrimina a sus discípulos diciendo: "No han podido velar ni una hora", como aparece en el versículo 40 o, mejor dicho, le dice a Pedro, sí, también le dijo a Pedro y de ahí viene el versículo 41 velad y orad, explicando por qué y eso debemos hacer énfasis hoy.

A pesar que estamos cansados, ¿Velamos?, porque eso también implica el velad.

Vigilar nuestros deseos e inclinaciones y fortaleza en el Señor

Velar ¿Qué es?

Es estar atentos espiritualmente en este caso, para ver si hay pensamientos sucios o no, inclusive, aunque no tengamos esa inclinación en esos momentos, porque somos seres emocionales, a veces estamos animados, a veces estamos cansados, pero, aun así, velar y orar, y todo eso se da en la oración. Por eso, es importante la oración.

¿Velamos lo suficiente, a pesar de nuestro cansancio?, en nuestra intimidad, ¿Pedimos al Señor ayuda para no caer en tentación?, ¿Andamos en el Espíritu o en las obras de la carne?, ¿Estamos en alguna prueba?

Velemos y oremos, porque el Señor nos va a fortalecer, así como fortaleció el Padre al Señor Jesús, para que cuando fuese crucificado, obedeciera esa orden, que se hiciera la perfecta voluntad de Dios.

Conclusión 

Eso hermanos quería compartir con ustedes y pongamos por obra velar y orar, porque nos ayuda a mantener nuestras vestiduras limpias, nos ayuda a estar alertas y a discernir las cosas también, nos ayuda a adquirir dominio propio o a tener más dominio propio de nuestra alma, allí incluye el discernimiento y obviamente el conocimiento de la escritura que también limpia nuestra alma, cuando la concebimos espiritualmente si estamos firmes en la comunión con nuestro Padre en nuestras oraciones, no solo de manera intelectual.

Bueno hermanos, me despido y les saludo en la paz de nuestro Señor Jesús, amén.

Notas:
[1] Naturaleza caída, depravación total o depravación radical: condición del ser humano después de la desobediencia de Adán.
[2] cf. Gálatas 5:16.
[3] cf. Mateo 4:7.
[4] cf. Ibíd.. 25:13.

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios