Valoración de la paciencia en una sociedad de la inmediatez

La paciencia, virtud que proviene de Dios.

La paciencia, virtud que proviene de Dios.

La paciencia es una gran virtud que ayuda a estar en control, ser tolerantes, soportar, esperar, no alterarnos y ser diligentes. Sin esta, nada resultaría como: perseverar en una disciplina física; esperar la atención pública del hospital o local comercial; seguir dieta alimenticia; terminar los estudios escolares y universitarios; soportar presión laboral o falta; trabajar y recibir el sueldo mensual; reposo en temas de salud; mantener estabilidad matrimonial o familiar; esperar la cosecha de un árbol; o que el semáforo prenda luz verde para cruzar la calle, etc. Nada de esto resultaría y todo sería un caos. Gente impaciente, alterada, agitada en discusiones y agresiones físicas; delincuencia, muerte, descontrol, en resumen: una locura total.

Entendiendo la paciencia

  1. La paciencia es soportar los contratiempos y el sufrimiento, es una virtud idónea para la perseverancia, el autocontrol y la tolerancia. Los hombres con paciencia esperan el fruto de su cosecha sin dejarse gobernar por la ansiedad; Las mujeres que crían a sus hijos con paciencia les resultará más llevadero el reto y una esperanza más optimista del desarrollo saludable de ellos.
  2. Las personas prudentes han adquirido un desarrollo considerable de paciencia en sus vidas.
  3. Curiosamente, se podría hablar de paciencia como la unión de la paz con la ciencia: una paz que produce conocimiento o un conocimiento que lleva a la paz.
  4. En la fe cristiana tiene sentido, porque refleja parte de la sabiduría espiritual: la que produce paciencia (Santiago 3:17-18) y como característica de lo que produce el Espíritu Santo en nosotros (Gálatas 5:22).

La cultura de la inmediatez

Vivimos en un mundo ajetreado. En las ciudades se observa cantidad de proyectos con un plazo definido; condiciones laborales; currículo educacional; servicio de salud y cuanta función institucional exista. El problema está en ese estilo de vida que endiosa el resultado, la rapidez y el prestigio. La inmediatez crónica es la causa y las consecuencias están en muchas áreas de la vida humana. Aunque, ha surtido beneficios económicos, materiales y conocimientos tecnológicos, también este estilo de vida contemporáneo ha dejado sus consecuencias.

En los hábitos alimentarios: la obesidad en Chile, año 2022, hubo un alza del 74 por ciento, según la radio Universidad de Chile en su portal[1], esto es una de las consecuencia en la mala alimentación, producto de la vida inmediata. La diabetes, la hipertensión y enfermedades metabólicas son producto de comer alimentos ultraprocesados y desproporción de carbohidratos. Y, es porque las personas no tienen tiempo para cocinar, porque sus deberes inmediatos les impiden cocinar y comer como corresponde, recolectar alimentos saludables, entonces, consumen comida basura (rápida), altas en azucares y sales, porque "economiza tiempo". Una de las causas es esta cultura del resultado e inmediatez crónica, llena de ansiedades y por lo tanto, falta de paciencia.

También, tiene un impacto psicológico y espiritual: ¿les suena los trastornos de ansiedad?, es otra de las consecuencia de una cultura de la inmediatez; ¿les suena el perfecionismo y el legalismo?, es otra de las consecuencias de esta. La primera, identificada por la psicología como la idea irracional de que todo tiene que ser perfecto y su fuente principal es la falsa expectativa del resultado por encima de todo; lo segundo, identificado en nuestro círculo cristiano como una distorsión de la observancia de la ley de Dios, una obediencia perfecta, al punto de atribuir salvación a las obras, dejar de lado a Jesucristo, sus méritos en la cruz y resurrección, es como el perfeccionismo, pero aplicado religiosamente.

Sabemos como cristianos que, la causa primera de todos estos males es el pecado. Y, la paciencia es una virtud espiritual que viene a contrarrestar, no solo la causa, sino las consecuencia, por el poder del Espíritu y por su gracia.

Al no ser considerada y cultivada la paciencia, empeoran las dificultades actuales que tenemos.

Gracias a Dios por la paciencia

Cuando estoy enojado y puedo estar solo pensando lo anterior, aprecio la paciencia. Me avergüenzo de la expresión de enojo y provocado en los demás: disgusto; contienda; ira; raíz de amargura; etc. 

Si Dios no nos diera esa dosis diaria de paciencia, seríamos un caos, como animales. Seríamos "irracionales infernales".

Gracias a Dios por la paciencia. Ese don maravilloso. Debiéramos dar siempre gracias a él por su gran amor apacible para con nosotros y por darnos esa preciada paciencia, recordando también que, en el creyente, la paciencia es parte de lo que produce el Espíritu Santo, cuando andamos por la fe en obediencia: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley". (Gálatas 5:22-23 LBLA).

Gracia Señor por esa virtud divina. Nos hace más humano a la semejanza de Jesucristo si nos esforzamos en desarrollarla. Y, ayuda a protegernos de la inmediatez crónica y de la cultura del resultado.

Aunque es muy difícil, solo con la ayuda de Dios y dependiendo de él, podemos dar la paciencia como característica espiritual.

Paz del Señor.

Notas:

[1] Diario Universidad de Chile, "Alza de obesidad en Chile: Advierten la urgencia de medidas frente a este problema de salud pública", Viernes 25 de noviembre 2022, https://radio.uchile.cl/2022/11/25/alza-de-obesidad-en-chile-advierten-la-urgencia-de-medidas-frente-a-este-problema-de-salud-publica/

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios