Teología íntegra frente al sectarismo de la "sana doctrina"

"La construcción de una teología íntegra ayuda contra énfasis sectaristas" por Víctor Ñancucheo

La construcción de una teología íntegra ayuda contra énfasis sectaristas

Sana Doctrina

La sana doctrina, se refiere a la enseñanza no adulterada: "Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina" (Tito 2:1).

El evangelio es parte de la sana enseñanza impartida por los cristianos, recordando los mandamientos de Jesús, su vida y provocando espiritualidad por medio del Espíritu Santo.

La sana doctrina en sí misma es Jesús y su palabra, porque esa es la raíz cristiana que confronta, libera, sana, anima, disciplina y nos alimenta espiritualmente. Viene de la enseñanza del Padre:

Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia (Juan 7:16-18).

 

Fundada en la verdad de su palabra: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (17:17).


Pero hay sectas que utilizan la Biblia y aparentemente predican una "sana enseñanza". Es fachada. Algunos pueden decir creer en todas las doctrinas fundamentales del cristianismo, en teoría serían "denominaciones cristianas", pero sus prácticas o énfasis son aberrantes, es decir, en la práctica son sectaristas, algo negativo para la obra de Dios.

Las doctrinas fundamentales no solo son la doctrina correcta concebida intelectualmente, también es sentimental y práctica. La sana doctrina se vive, el creyente construye su cosmovisión y sus puntos de vistas en conformidad de la interconexión entre estas distintas facetas de la sana enseñanza. El cristiano sea pentecostal, bautista, calvinista, arminiano, dispensacional, pactual..., si aspira a cultivar una sana doctrina para su vida, considerará estos factores de esa sana enseñanza, de lo contrario, se crea ese desbalance que puede caer en distintos tipos de autoritarismos o sectarismos como diría en el sentido religioso. 

Para una construcción de una teología íntegra.

La teología íntegra contempla todo el consejo de Dios, viviendo a la vez lo aprendido. No es solo conocimiento intelectual.

La "ortodoxia" se refiere a la doctrina correcta, una meta muy valorada en la fe cristiana, pues sin una doctrina fundamentada en la verdad del evangelio, en énfasis, en Jesucristo, no tendríamos cristianismo, pero no se limita a concepciones teóricas o a teorías no intentadas, de lo contrario, sería intelectualismo. La "ortopraxis" se refiere a la práctica correcta, es la culminación de la doctrina puesta en obediencia. Se trata de vivir influenciando con el poder de Dios a los demás, es fundamental para edificar al pueblo y llevar una religiosidad agradable a Dios: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (Santiago 1:27), pero no se limita a las acciones, de lo contrario sería legalismo. La "ortopatía" se refiere al sentir correcto, expresando el amor de Dios, la espiritualidad cristiana con las emociones y los sentimientos adecuados, bajo la dirección del Espíritu Santo, pero tampoco se limita a las expresiones temperamentales, de lo contrario caería en sentimentalismo, emocionalismo o sensacionalismo.

La teología íntegra de la que expongo, contempla estas tres áreas de la sana enseñanza, no es solo la expresión de la verdad en palabras, sino en sentimientos y en hechos. A la vez, que esta sana doctrina como doctrina no es acumulación de enseñanzas intelectuales en la mente, sino una doctrina viva y sintiente.

Lo que he descubierto en las reuniones pentecostales en Chile, es el rescate de las expresiones emocionales durante la reunión, aplicado en la oración, la predicación, la enseñanza, es decir, su liturgia sencilla incorporan estas expresiones como algo normal. La guía del Espíritu conduce a eso también y concluyo que: los pentecostales apuntaron al blanco al expresar en su vida cristiana este énfasis sentimental y emocional de la sana enseñanza, porque la verdad de Dios, la sana doctrina también lo contempló.

Por supuesto, no todos somos expresivos, pero considero rescatar esto, como ejemplo de una "ortopatía" que considera el sentir adecuado, pero si miramos el lado opuesto en ciertos grupos pentecostales, también están contagiados de sectarismo, y esas expresiones emocionales se tornan carnales, conforme a las obras de la carne, cuando no contemplan, por ejemplo: "el fruto del Espíritu" y es claro ejemplo de subestimar el sentir saludable en la fe.

No limitemos la sana doctrina a un papel escrito o a una expresión verbal, como sucede en algunas sectas de "sana doctrina", que tienen la verdad en sus manos, en contradicción a la sanación que ofrece esa doctrina, despotrican a quienes consideran sus enemigos, es decir, que ni sus hechos ni sus sentimientos se corresponden a dicha verdad de Dios.

El fruto del Espíritu es una doctrina fundamental

El fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) no solo es expresar sentimientos y emociones espirituales, también es actuar virtuosamente. Aplica la sana enseñanza para edificar, consolar, motivar, escuchar y comunicar las virtudes de Jesús. Se trata de contagiar a los hermanos de la doctrina de Dios y nuestra construcción teológica en conjunto, pero llenos del Espíritu Santo.

Algunos pueden tener la "doctrina correcta", creer en todas las doctrinas fundamentales del cristianismo, pero sin asimilar en sus vidas esta doctrina fundamental del fruto del Espíritu. Entonces, si queremos manifestar una teología saludable, fundada en la sana doctrina, la verdad del fruto del Espíritu nos ayudará a aplicar esas verdades intelectuales en nuestra vida cristiana.

Las "sectas cristianas de sana doctrina" dejan de lado esta doctrina fundamental del fruto del Espíritu.

¿Cómo saber si uno asiste a una secta de sana doctrina?

  1. Cuando en sus predicaciones predomina el legalismo, como demasiada importancia en la apariencia externa y a las acciones. La "obediencia perfecta" o algún derivado de perfeccionismo moral.
  2. Cuando manipulan la conciencia con el tema del dinero, el terror y el juicio. Expertos en enviar al infierno y no en presentar vivamente a Jesucristo.
  3. Cuando hablan demasiado del pecado y minimizan la gracia de Dios, inclinados a condenar. Pueden verse como "fariseos denunciando a fariseos". también, xenófobos, machistas e incuestionables en sus parámetros doctrinales.
  4. Cuando hablan de una "santidad externa", pero hablan improperios "en el nombre de Dios". No cuidan su vocabulario frente a mujeres ni a niños.
  5. Cuando son expertos en recordar el pecado, "reprender al insurrecto" y después, terminan de manera inconsistente con un "amado hermano" o un "Dios te bendiga".
  6. Cuando se expresan con falta de dominio propio, es decir, son demasiados emocionales, inclinados a la ira cuando predican.
  7. Cuando condenan a otras denominaciones cristianas por no pensar como ellos, en temas de doctrinas secundarias.
  8. Cuando prohíben relacionarse con hermanos de otras congregaciones de otras ciudades, en fin, cuando prohíben la libertad de decisión.
  9. Cuando son difíciles de corregir o de plano, no aceptan el consejo y la corrección.
  10. Cuando andan presumiendo por todos lados hablar en nombre de la "sana doctrina" o autoexaltándose como "sana doctrina",  ser "bíblicos", tantos años en el evangelio, tantas almas ganadas y la autopromoción, dejando de lado a Jesús y la real palabra de Dios.
  11. Cuando usan la Biblia o versículos bíblicos en vano, para destruir a quienes consideran "enemigos del evangelio y de la obra de Dios".
  12. Por último, cuando carecen del fruto del Espíritu Santo en sus vidas, para con su prójimo y por lo tanto, andan en hipocresía deliberadamente, en las obras de la carne.

Reflexión

  • ¿Tenemos actitudes sectaristas sin darnos cuenta? 
  • ¿Seguimos a alguien con características anteriores?
  • ¿Cuándo cultivaremos una teología íntegra?
  • ¿Qué hacemos para identificar y contrarrestar el sectarismo?
  • ¿Existe un desbalance con respecto a la ortodoxia, ortopraxis y ortopatía?
  • ¿Entendimos que el fruto del Espíritu también es fundamental?

Recordemos que:

"»No todos los que me dicen: “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: “Señor, Señor, nosotros comunicamos mensajes en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros.” Pero entonces les contestaré: “Nunca los conocí; ¡aléjense de mí, malhechores!” (Mateo 7:21-23 DHH).

Y, la voluntad de nuestro Padre es expresar la sana doctrina con todas sus áreas: la intelectual, la emotiva y la práctica. porque ese "hacen la voluntad de mi Padre" implica lo revelado en la Escritura, que se deprenden estas áreas de la sana enseñanza.

Bendición en Cristo.

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