La esperanza cristiana frente al miedo y la sugestión dañina

"Nuestra atención principal debe ser Cristo y su palabra, es decir, la esperanza cristiana, si no, ¿de qué estamos hablando?"

"Nuestra atención principal debe ser Cristo y su palabra, es decir, la esperanza cristiana, si no, ¿de qué estamos hablando?"

Como seres humanos, estamos expuesto a influencias externas aterradoras. No por nada vienen los traumas, trastornos, la falta de confianza, la negatividad, la ansiedad y hasta enfermedades.

El miedo

El miedo a estas cosas es natural para el ser humano, de hecho, el miedo en sí mismo es un mecanismo de defensa que tenemos para protegernos de posibles peligros. El miedo no es negativo cuando se trata de sobrevivir a algo que no podemos afrontar directamente. El cuerpo se prepara en estado de alerta, ya sea: para atacar; o para huir. El sistema nervioso simpático se activa para ponernos alertas, la presión arterial sube, la adrenalina también. Lo menciono para que sepan —todo lo que implica el miedo— en el ser humano.

Antiguamente, las personas para huir de peligros latentes, pudiendo ser de depredadores, guerras, desastres naturales..., el miedo les fue muy útil para la sobreviviencia. Gastaban las energías adecuadas y había otro tipo de alimentación de acuerdo a la temporada. No había esa tecnología que hoy tenemos. Por eso, el miedo es bueno, porque es un regalo de Dios para protegernos de muchos peligros y hoy igualmente contra: las consecuencias de no cumplir la ley de una nación; de electrocutarse tomando un cable en mal estado; envenenamiento al exponerse a sustancias tóxicas; quedarse sin el sustento para la familia a raíz de una mala decisión laboral; tirarse de un precipicio; entre otros.

Es un miedo positivo y necesario para todos nosotros. El problema es cuando hay un desbalance. 

El extremo de expresar miedo o miedo generalizado es lo que daña individual o socialmente. Por un lado, el miedo irracional implica desconfiar de todo, vendría siendo como una consecuencia lógica de escepticismo en uno de sus extremos (cuando dudamos de todo, hasta del escepticismo), pero en otro extremo, también de credulidad ciega a cosas catastróficas del fin de los tiempos (viene un meteorito; el anticristo está por allá; tuve una revelación de desastres), como se observa en un ambiente religioso, o a sustancias "milagrosas" (como el dióxido de cloro) que supuestamente curan todo, como se observa en un ambiente sanitario; y por otro lado, transmitir o manipular a los demás para que lo hagan, incluso, hasta en contra de Dios o que crean ciegamente a líderes falsos que utilizan la religión para infundir miedo y así, que le ofrenden todo, por lo tanto, es contrario a la fe y al amor de Dios.

La sugestión

La sugestión es una forma de influencia que todo ser humano tiene. Con la sugestión podemos emplear una atención particular de un asunto. En el psicoanálisis se usa terapéuticamente para tratar pacientes con problemas psíquicos y hacen uso de la hipnosis para influenciar (sugestionar). Con la sugestión se puede dominar la voluntad de otro, influenciar, manipular o transmitir ideas.

La sugestión puede servir para aprender y construir conocimiento, incluso, en la fe cristiana se usa la persuasión para convencer a los creyentes de asistir a la congregación o en la predicación del pentecostal en la calle, cuando predica las consecuencias del pecado y la esperanza cristiana, para convencer mediante el Espíritu de Dios a los incrédulos.

El problema está, en —dejarse dominar— por una sugestión incorrecta. Dejarse gobernar por una sugestión a causa de acontecimientos catastrófico; por miedo a vacunarse o a no vacunarse; creer irracionalmente a un supuesto "experto" que derriba las teorías conspiracionistas, la versión "oficial" de la ciencia o a la "manipulación de masas". Cuando hay fascinación y morbo en transmitir mentiras, desinformación, mensajes de odio, tanto por confianza ciega, como por incredulidad ciega. Y, me convenzo más que estos extremos promueven las obras de la carne, sobre todo, si cristianos están en esta condición.

Distraen del blanco perfecto y de la palabra de Dios, de Jesucristo. Porque provocan confusión y un miedo nocivo: "Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, a ellos les tocará ir al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte" (Apocalipsis 21:8 DHH).

La sugestión irracional, en extrema crédula a asuntos sensacionalistas (un rapto centrado en el terror de las películas y de líderes sensacionalistas, en vez de la esperanza en Cristo) como incrédulas a asuntos beneficiosos, por ejemplo, a los nutrientes de un alimento o a un medicamento comprobado científicamente, es contrario a la fe cristiana. Es contrario a la esperanza y a Dios. Es contrario a la venida del Señor Jesús, porque quita esperanza en los que están expuestos a estos extremos.

Tanto el miedo como la sugestión bien encaminada son positivos para nuestra salud, bienestar y para nuestra fe cristiana, y son potencias dadas por Dios para protegernos de ciertas consecuencias, por ejemplo, temer a Dios como fundamento: "La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto concierne a toda persona" (Eclesiastés 12:13 LBLA), para no pecar deliberadamente: "Con misericordia y verdad se expía la culpa, y con el temor del Señor el hombre se aparta del mal" (Proverbios 16:6 LBLA); para sugestionarse con la esperanza cristiana infundiendo ánimo y salvación a los perdidos... así, contrarrestar los extremos: "Todo lo que antes se dijo en las Escrituras, se escribió para nuestra instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas recibimos, tengamos esperanza" (Romanos 15:4 DHH).

Haciendo frente al sensacionalismo demoníaco

Como cristianos, si bien, es necesario estar atentos a las maquinaciones del adversario (2 Corintios 2:11), velando en oración y suplica por todos los santos, vestidos de toda la armadura de Dios como relata la carta a los Efesios capítulo 6 versículos 10 al 20, sin embargo, nuestra atención principal debe ser Cristo y su palabra, es decir, la esperanza cristiana, si no, ¿de qué estamos hablando?

Propuestas para que edifiquemos

  1. Hablemos de los acontecimientos del fin, pero con menos sensacionalismo y más palabra de Dios.
  2. Hablemos de los peligros de una secta, pero sin desinformación y más palabra de Dios.
  3. Prediquemos del infierno, pero sin manipulación, sino con base a la esperanza cristiana y más palabra de Dios.
  4. En vez de predicar o influir con miedo irracional y sugestiones negativas, contrarrestar con la esperanza cristiana y con la palabra de Dios.

Si somos cristianos, hablemos como tales, con esperanza, gozo, verdad, influenciando que Cristo transforma, sana, salva, y viene.

Sugestión conspiranoica

Entonces, no importa si nombran a reptilianos, ovnis, los escritos de Nostradamus, tierra plana, el énfasis de signos satánicos ni andar profundizando en el conocimiento tan variable y confuso del ocultismo, y por último, no nos dejemos sugestionar por falsos teólogos "amarillistas escatológicos", noticias de meteoritos, falsas profecías que no se cumplen, fechas de que, en tal hora vendrá el Señor, y esas cosas del fin del mundo. 

Todo eso no tiene que sugestionarnos, no tiene que desesperarnos ni aterrorizarnos, porque nuestra confianza es Jesús

Evitemos andar de "conspiranoicos", para no andar propagando este tipo desesperanza. Volvamos a la Escritura, a Jesús nuestro salvador, confiando en sus promesas y exhortar con la palabra, no con nuestras sugestiones irracionales.

Confiar en la segunda venida del Señor

El Señor Jesús dijo lo siguiente, cuando existen desastres naturales, rumores de guerra, que en vez de estar aterrorizados, tengamos ánimo para la redención:  "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lucas 21:28). Animándonos entre nosotros porque el día se acerca: "Tengámonos en cuenta unos a otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como es la costumbre de algunos, sino animémonos unos a otros; y con más razón ahora que vemos que aquel día se acerca" (Hebreo 10:24-25 RVC); "El fin de todo se acerca. Por lo tanto, pórtense juiciosamente y no dejen de orar". (1 Pedro 4:7 RVC).

Y, por último, estar atentos (velar), por supuesto, más que en el temor a los desastres naturales, es en la esperanza de que Cristo viene: "Por lo tanto, manténganse despiertos porque no saben qué día vendrá su Señor" (Mateo 24:42 NVI).

Tengamos confianza en el Señor y menos sugestión sensacionalista. 

Cristo viene.

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