Estar firmes contra "pensar estar firmes"

La escritura no dice "el que está firme, mire que no caiga", más bien dice: "... el que piensa estar firme, mire que no caiga". (1 Corintios 10:12 RVR1960).

"La escritura no dice "el que está firme, mire que no caiga", más bien dice: "... el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12 RVR1960).



Ser sabio es positivo en el evangelio, pero creerse sabio es perjudicial para la obra de Dios, porque es aparentar algo que no es verdad. 

Es como la verdadera religión: llena de sabiduría de lo alto (Santiago 3:13-18); contra la falsa religión: llena de hipocresía, pues aparenta espiritualidad. Las personas con una falsa religión creen y piensan estar firmes. Claro que lo están, pero en idolatría a las obras de la carne (Gálatas 5:19-21), y no según la verdadera religión (Santiago 1:27) del evangelio de Jesucristo.

El solo hecho de aparentar algo que no es verdad, es consecuencia de no estar en sintonía con el Espíritu de Dios. Es estar fundamentados en el pecado.

Lo mismo pasa con la firmeza. Que estemos firmes en la fe es positivo, pero pensar o creer que estamos firmes es peligroso, porque tenemos alta probabilidad de caer en lo que denunciamos y ser avergonzados. 

Lo malo de la apariencia es que, al ser descubierta se derrumba, no tiene esa solidez de alguien que es auténtico, pues, este último, al ser descubierto, sigue intacto (ese es el sentido de la firmeza). 

Un árbol puede aparentar salubridad exteriormente, sin embargo, estar podrido o seco en su interior, por lo que no tendrá una firmeza duradera o, a lo pronto, se derrumbará. 

Con esto, podemos desprender que la falta de firmeza y la hipocresía están relacionadas, no necesariamente lo exterior refleja lo interior, como en algunas denominaciones enseñan con respecto a la vestimenta, siendo que la verdadera firmeza es Cristo (Efesios 2:20) y él es quien transforma y fortalece (Filipenses 4:13), no es en nuestros méritos o apariencias de piedad.

Lo mismo para un árbol, hablando de su firmeza, se mantendrá durante mucho tiempo, con las condiciones necesarias (el sol, el agua, la tierra...), así mismo, el Señor, su evangelio y sus medios de gracia son las condiciones necesarias para nuestras vidas, si dejamos que el Señor sea nuestra fortaleza (Salmos 28:7), estaremos firmes, sin apariencias de la mentira o creernos algo que no somos.

Para ser realistas, es muy difícil estar firmes, sobre todo, en este tiempo saturado de tecnologías y comodidades distractorias. Existen demasiadas distracciones, como internet, televisión, comedias, guerras, revueltas, trabajo a tiempo completo y preocupaciones, estorbando nuestro tiempo en disciplinarnos espiritualmente, aquellas disciplinas que nos afirman en la fe. 

Es necesario no errar pensando estar firmes, es mejor ser cautelosos, dependientes del Señor en todo tiempo. Que nuestra sinceridad y fortaleza en el Señor exponga la firmeza, no el intento de aparentar (fortaleza o espiritualidad) y mentir a la comunidad cristiana algo que no tenemos.

También, no condenar apresuradamente a quien ha caído en pecado, porque precisamente podemos caer. Ese es el sentido de 1 Corintios 10:12.

Por último: Aunque se puede pensar interiormente estar firmes estándolo realmente, y es genial ser honesto con Dios, sin embargo, creo que no es bueno presumir, porque al fin y al cabo, estamos propensos a caer. La humildad es clave: "Aprender de mí que soy manso y humilde de corazón" dijo el Señor en Mateo 11:29.

Es mejor ser cautelosos, aun cuando tengamos realmente firmeza, así no dar lugar a la jactancia, lo que comprendo de ese pasaje a los corintios.

Bendiciones en Cristo.

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios