Religión y Cristianismo son compatibles

El cristianismo es la única religión que contempla el aspecto de la salvación por gracia (Efesios 2:9-10).


"El cristianismo es la única religión que contempla el aspecto de la salvación por gracia (Efesios 2:9-10)".


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Introducción

            El aporte es observativo, aclaratorio sobre religión y cristianismo. Se abordarán aspectos en común, de acuerdo a sus distintas definiciones; el culto y la idolatría; la falsa religión y la verdadera; y, la diferencia entre la religión cristiana de otras religiones. El propósito es conocer y precisar el aspecto fundamental de la religión, no seguir enseñando ignorancia y confusión que comparten ciertos predicadores sin reflexionar, así, incentivar el uso del justo juicio. La hipocresía de los “religiosos” no es motivo para negar la verdadera función de un sistema de vida que proclama las virtudes de Dios, ni sus aspectos religiosos que comprenden la religión cristiana.


Religión

            Según el diccionario de la lengua española, religión en su segunda definición dice: "Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido" (Real Academia Española 2024), una virtud parte de un fundamento o principio moral valorado, comprende accionar lo que se conoce como ética y moldea progresivamente la personalidad de un creyente; la “virtud divina” podría describirse como una razón trascendente para adentrarse o involucrarse íntimamente a nivel personal y social a una causa limpia, noble y justa, Dios es la causa primera de virtudes divinas y su revelación es el testimonio de su voluntad perfecta (sus principios, mandamientos, base para cultivar esas virtudes) para con nuestras vidas; culto, rendición de homenaje y reverencia devocional a un ser trascendental o aquello que se considere sagrado: adorar, amar y servir a Dios; y, el deber con lo dogmático o el pensamiento absoluto de verdades objetivas relacionados con principios morales, para discernir lo bueno de lo malo. La religión se fundamenta en principios morales, tiene un lenguaje dogmático y se mueve en su razón de ser, a reverenciar por virtud a un ser trascendente. 


            También, religión en su primera acepción dice: “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto” (Real Academia Española 2024). La religión parte de creencias a un ser divino, dogmas o axiomas inamovibles involucrando aspectos emocionales y cognitivos para asimilar la trascendencia de un Dios, y su voluntad para llevarlo al plano práctico, por medio de prácticas espirituales como adorar y orar.


            Si observamos el cristianismo y lo que describe la Biblia, tiene muchos de los elementos que describe la definición y descripción anterior, en especial, cuando rendimos culto únicamente al Dios que describe la Biblia, por ejemplo: si tenemos una relación (equivalente a religar) con Dios es por medio de la oración; y cuando adoramos en las oraciones rendimos culto al Señor: “Al Señor tu Dios adorarás, y solo a Él servirás” (Mateo 4:10 LBLA). Al tener una relación con él participamos en una religión, religación con Dios, no solo un estilo de vida o una filosofía, porque la religión explicita deliberadamente rendir culto, una vida devocional.


Cristianismo

            El cristianismo es definido así por Wikipedia: “es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret” (Wikipedia, La enciclopedia libre 2024), por lo mismo, porque el cristianismo se deriva de Cristo (seguidores de Cristo), reverenciando a Jesús no sólo como un ser humano, sino como Dios en una hipóstasis1. Adoración, comunión, relación, amor al prójimo se requieren para participar del cristianismo y es por fe. Sus seguidores expresan esto mismo para con el Señor y con los demás. Por lo tanto, quien en su pensamiento cree llevar una vida cristiana sin participar de lo místico, sobrenatural y esperanzador rindiendo culto al Creador no está practicando una vida cristiana conforme a la voluntad de Dios, sino un liberalismo desmitificado, deconstruido y racionalista, pero no es cristianismo. No se puede divorciar, en última instancia, la religión del cristianismo, puesto que este último es por naturaleza una vida religiosa y teológica. Tampoco, el cristianismo con los milagros y la sobrenaturalidad. La espiritualidad es reflejada por medio de nuestra relación con Dios, es decir, por medio de explicitar ese involucramiento sirviendo al Señor con actos religiosos.


Si nos congregamos, participamos directa o indirectamente de este servicio (liturgia) a Dios, por lo tanto, es una actividad religiosa.


            Según el diccionario enciclopédico bíblico ilustrado de Clie (Ropero, Triviño y Martinez 2020), la palabra culto en su raíz latina (cultus) se relaciona con reverenciar a Dios; también está relacionado a servir desde el Griego del Nuevo Testamento (Latreía) y; por último, relacionado a la liturgia, del Griego (leiturgia) también, que significa prestar un servicio. ¿Les suena dirigir la primera parte de una reunión dominical? ¿Les suena el servicio de ofrenda, dirigir un coro? En el sentido bautista ¿un estudio bíblico?; o en sentido pentecostal ¿un punto de prédica? Eso es liturgia. Para participar de la liturgia o ser edificados por Dios a través de ella, necesitamos esto: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25). Si nos congregamos, participamos directa o indirectamente de este servicio (liturgia) a Dios, por lo tanto, es una actividad religiosa.


            Algunos ejemplos bíblicos: “Todos los años Elcana salía de su ciudad para ir a Silo y adorar allí al Señor de los ejércitos” (1 Samuel 1:3 RVC). La oración de Ana: 


    Y mientras ella oraba largamente delante del Señor, Elí la observaba mover los labios. Y es que Ana le hablaba al Señor desde lo más profundo de su ser, y sus labios se movían pero no se oía su voz, así que Elí creyó que estaba ebria… Y Ana se fue de allí, y comió, y dejó de estar triste. Por la mañana, adoraron delante del Señor y regresaron todos a su casa en Ramá (vv. 12-13, 18.19 RVC).


            La voluntad el Padre para quienes con verdad quieren adorarle: 


    Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24 NVI).


            Cabe destacar que idolatría (gr. eidolatreía) significa “culto a ídolos” y equivale adorar a quien no es Dios. La adoración del griego proskyneo (mismo diccionario). Cuando nuestra adoración (proskyneo o latreía) no corresponde a Dios, sino a ídolos o tipos de ídolos trascendentales: no solo estatuas inertes (Salmos 115), sino ideas, ideologías o estilo de vida contrarias a la ley de Cristo. Esos que son reflejos de las obras de la carne (Gálatas 5:19-21) en todas las eras del ser humano se convierte en idolatría; y para añadir otra implicancia: la falsa religión es producto de idolatría. La falsa religión y la idolatría engrandecen los pecados otorgando un falso poder divino. Los ídolos son producto de magnificar intencional y deliberadamente los deseos pecaminosos del ser humano, y a los demonios. La adoración o culto al pecado es la causa de la idolatría, una adoración desviada, errada del blanco y fundamento de falsas religiones.


El verdadero culto, verdadera religión

            El culto debido a Dios es este: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30 NVI). Por eso, somos religiosos, porque rendimos culto a Dios, practicamos liturgia, nos sometemos a leyes espirituales, es decir, a los mandamientos de Dios (Éxodo 20; Mateo 5-8).


El culto debido a Dios es este: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30 NVI). Por eso, somos religiosos, porque rendimos culto a Dios, practicamos liturgia, nos sometemos a leyes espirituales, es decir, a los mandamientos de Dios (Éxodo 20; Mateo 5-8)


            Si vamos a la Escritura, en Santiago 1:27 describe la verdadera religión ante nuestro Padre, en su conclusión y práctica: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo". Y, esta religión es acorde con el evangelio, porque dice "visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones", aplicación de "amar al prójimo como a uno mismo" (cf. Mateo 22:39), y "guardarse sin mancha del mundo", aplicación de ser santos (cf. Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:15-16) y significa "apartados de pecados".


            El cristianismo es la única religión que contempla el aspecto de la salvación por gracia (Efesios 2:9-10); presenta el único camino para adentrarse a esta salvación, es la persona de Jesús como el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6) y, el intermediario ante Dios (Romanos 5:1; 1 Timoteo 2:5). Las demás religiones se diferencian en no contemplar los aspectos anteriores, por medio de méritos humanos y de la idolatría.


            Quien insiste en que el cristianismo no es una religión, tiene un entendimiento errado del cristianismo y de religión o se guía por prejuicios antireligiosos, anticatólicos o anticlericales: la religión no es “el intento del hombre2”, por lo menos, la religión cristiana no parte de esa manera, esa es una definición prejuiciosa y generalizada, más bien, la falsa religión o la idolatría es el intento del hombre en busca de una conexión con algo trascendente. El legalismo es una práctica religiosa distorsionada que en última instancia, el legalista busca su salvación por mérito propio, sin el Señor. El fariseo era un religioso, porque era observante de la ley, de acuerdo a su interpretación, pero no era religioso conforme a la perfecta voluntad de Dios, porque se olvidaba de la justicia y de la misericordia, aspectos fundamentales de la espiritualidad que expresa la religión verdadera. Pueden ser diversos los motivos hostiles hacia lo religioso, mayormente por una mala experiencia de un culto religioso, sectas o institucionalidad religiosa que usan el nombre de Dios en vano. Pero, eso no es motivo para negar completamente el componente religioso de la fe, para eso, es mejor especificar el exceso y no generalizar cayendo en contradicción. Si para Dios Padre hay una religión aprobada, esto quiere decir, verdadera y buena, ¿por qué insistir todavía en que la vida cristiana no es religiosa?, o ¿por qué redefinir el cristianismo bajo presupuestos personalistas, emocionalistas y naturalistas de este siglo?


El cristianismo es la presencia de Dios en nosotros, disponible al mundo, por medio de Jesucristo y es integral su asimilación en el ser humano, en especial, en nuestras vidas. Y, tiene un alto contenido religioso. No es buena idea negar lo evidente y persistir en el error.


            Por supuesto, el cristianismo no se limita a actividades religiosas, pero tampoco a la sola cotidianeidad, la sola intelectualidad, o la sola sobrenaturalidad y tampoco a todas esas “solas” o extremos que se puedan ocurrir. El cristianismo es la presencia de Dios en nosotros, disponible al mundo, por medio de Jesucristo y es integral su asimilación en el ser humano, en especial, en nuestras vidas. Y, tiene un alto contenido religioso. No es buena idea negar lo evidente y persistir en el error.


Conclusión 

            Entonces, religión y cristianismo son compatibles, van de la mano. El cristianismo es altamente religioso por su contenido de virtudes, culto, servicio o liturgia, principios morales, espiritualidad, entre otros, por eso, ser cristiano es vivir la verdadera religión ante el Padre, viva y espiritual, que nos religa o relaciona con Dios. Ser cristiano es ser religioso.


            Bendiciones en Jesús.


Notas al pie:

1. 2 naturalezas unidas en Cristo, “Dios-Hombre”.


2. Esa definición generalizada y falsa dicotomía la he escuchado del predicador Armando Alducin Fletcher.


Bibliografía

Real Academia Española. 2024. https://dle.rae.es.


Ropero, Alfonso B., Alfonso Triviño, y Silvia Martinez. 2020. Diccionario Enciclopédico Bíblico Ilustrado. 2nd ed. Barcelona: Editorial CLIE.


Wikipedia, La enciclopedia libre. 2024. https://es.wikipedia.org.

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